La digitalización es una manera eficiente de reducir costos para la banca, sobre todo en esta época.
La digitalización es una manera eficiente de reducir costos para la banca, sobre todo en esta época.

Christian Lengua

La agencia estadounidense de calificación de riesgo Standard and Poor’s publicó recientemente un cuadro que muestra la relación costo-ingreso de los principales bancos de Latinoamérica en el primer trimestre del 2020. Tres de los principales del Perú aparecen en esta lista: BCP, BBVA e Intercorp.

En primer lugar aparece el banco Santander de Brasil con una relación costo-ingreso que se disparó de 36,3% a 210,10%, con respecto al año anterior. Más abajo aparece Intercorp con un crecimiento de 64,76% a 69,45% de un año a otro; mientras que el BCP subió de 40,96% a 46,02% y el BBVA de 40,86% a 42,47%.

¿Qué quiere decir? Que el costo respecto al ingreso es más alto. “El nivel de colocaciones que tenían, ya no es tal. Su costo operativo es relativamente alto, y hay clientes que no están pagando, pero eso pasa en toda Latinoamérica”, explica Juan Carlos Ocampo, coordinador de la carrera de economía de UPN.

Si bien la banca viene consiguiendo tasas de interés más bajas por el lado del Banco Central de Reserva, también es cierto que hay un costo que son las provisiones, es decir aquellas cuentas de clientes que se demoran en pagar.

“Cuando hay mucha demora, los bancos deben hacer provisiones. Entonces, la relación costo-ingreso se eleva. Es por eso que la banca está utilizando más canales digitales, para reducir costos operativos”, indicó Ocampo, y auguró que el uso de la banca telefónica y la digitalización van a ser mucho más agresivos en los próximos meses.

Por su parte, Sergio Urday, jefe de estudios económicos de ASBANC, cree que en el segundo trimestre se ha mantenido la tendencia hacia una mayor preponderancia de los costos “teniendo en cuenta que muchas entidades han asumido mayores gastos en provisiones, anticipando un deterioro de los préstamos para los próximos meses. Es un desarrollo normal y esperable de una crisis de este tipo”.

Confía, sin embargo, que a medida que las actividades económicas retomen su curso habitual y se estabilice el incremento del desempleo, se podrá observar un cambio en la tendencia de este indicador.

BANCA SALUDABLE

Urday cree que los bancos peruanos se ven afectados de una forma muy similar a la de sus pares en la región.

“La reprogramación de créditos en operaciones que han incluido períodos de gracia, la exoneración de intereses y, en algunos casos, también la condonación de los mismos, presiona los resultados de las entidades bancarias y, en general, al resto de actores del sistema financiero; al mismo tiempo que los costos se mantienen o incrementan”, comentó.

En términos de eficiencia, sostuvo Urday, Perú empezó con una ventaja comparativa. Adicionalmente, la banca de nuestro país ha mantenido ratios elevados de capital y liquidez, en parte debido a requerimientos regulatorios más estrictos que en otros países de la región y fueron cumplidos con holgura. Es oportuno destacar que esta actitud previsora nos brinda hoy, también, un mayor espacio para el manejo de la crisis actual.

En tanto, Ocampo resaltó la ventaja de tener un sistema financiero relativamente sólido. “La SBS ha estado supervisando la calidad de los créditos que ha otorgado la banca, las provisiones, y ese es un trabajo que se ha resaltado a nivel de Latinoamérica. Los bancos mejor parados son los más grandes al tener más espalda para soportar una caída”.

SEGUNDO SEMESTRE

De cara a lo que nos espera en esta segunda mitad de año, Juan José Marthans, director del área de Economía del PAD, Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, opinó sobre el tema desde su experiencia como ex superintendente de Banca y Seguros. “Creo que va a ser clave para evaluar parte del impacto del COVID-19 sobre el sistema financiero y concretamente sobre el sistema bancario peruano”.

Resaltó dos hechos. En primer lugar cómo Reactiva 1 y 2 evitó que se rompa la cadena de pago, y que la SBS replanteó temporalmente su política de provisiones por malas deudas para efectos de no sobrecargar la estructura de gastos en el sistema bancario y que esto se traslade inadecuadamente al costo del crédito en contra de lo que requiere el sistema productivo.

“Estos dos frentes, sin duda alguna, han cumplido un rol positivo dentro de lo que significa la necesidad de reaccionar contra lo que es el impacto del COVID-19. Por ahí, creo que la cosa va bastante bien”, expresó.

Sin embargo, puntualizó que valdría la pena evaluar la necesidad de una reducción del costo del crédito en la actual coyuntura, para así “acompañar el proceso de reapertura que ha anunciado el gobierno”. De no hacerse, anunció que en el segundo semestre de este año podría suscitarse un deterioro no deseado en los performances de calidad de crédito y solvencia de ciertas entidades bancarias.

“Nadie está hablando de amparar alguna propuesta desatinada del Congreso, no estamos hablando de generar congelamientos de créditos, ni condonaciones del crédito ni controles de tasas de interés. Hablamos de condiciones del mercado”, apuntó Marthans.

Ya en los últimos tres años, manifestó Marthans, el sistema bancario ha denotado muy buena performance en términos de resultado, no obstante la desaceleración de la economía. “Eso es aceptable en condiciones del mercado, pero en condiciones de excepcionalidad y emergencia, sería inaceptable”.

“Mantengo la confianza en las nuevas generaciones de banqueros de mi país. Ellos reducirán inteligentemente el promedio del costo del crédito este segundo semestre”, expresó.

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