Redacción PERÚ21

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Gina SandovalEnviada especial a Washington

El segundo informe semianual del para América Latina y el Caribe trae un recorte en sus estimados de crecimiento para la región, pues prevé un avance promedio de 2.5% para 2013, frente al 3.5% proyectado en abril de este año.

Augusto de la Torre, economista jefe de la entidad, señaló que "los más vigorosos serán Panamá y Perú, que tendrán tasas asiáticas de expansión de 8% y 5.5%, respectivamente, siguen con un vigor muy parecido al del sudeste asiático".

Jamaica y Venezuela esperan tasas iguales o menores a 1%; mientras que Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador y Guatemala avanzarán por encima del promedio regional, esto es, entre 3% y 4%. Los gigantes Brasil y México estarán por debajo de la media, se estimó que la economía azteca no avanzará más de 2%, a pesar de la ola de reformas que han puesto en marcha para incentivar la inversión.

QUÉ HACERDe la Torre comentó que en Perú hay que "aprovechar esta recuperación vigorosa de la economía y este crecimiento vigoroso de los últimos 10 años y convertirlo en un crecimiento sustentable en el largo plazo, y eso requiere reformas".

Destacó que Chile, Colombia y Perú registran avances razonablemente fuertes dadas las circunstancias mundiales, pero no tan altos como se quisiera.

"Hay mayor inversión y las perspectivas han mejorado. Las industrias extractivas, como los minerales y petróleo están introduciendo modernizaciones importantes, la imagen de la mina multinacional que acaba con el recurso y se va del país sin dejar ventajas a la población ha cambiado, hoy existen operaciones mineras más modernas, con más tecnología y con más encadenamiento con el resto de la economía y eso es parte de una reforma estructural importante", explicó.

NUEVO AMORTIGUADORDe la Torre explicó también que el informe preparado se analiza el rol de la política cambiaria y su relación con la desaceleración del crecimiento. Según su análisis, por primera vez, las monedas de América Latina y el Caribe están absorbiendo algo del impacto derivado del entorno global desfavorable.

Las monedas depreciadas, indicó, no solo reducen el costo de las exportaciones, sino que aumentan el costo de las importaciones, lo que permite que las industrias locales y las exportadoras sean más competitivas y que se genere más empleo.

"Se ha introducido un esquema monetario más robusto, más flexible. América Latina no estaba acostumbrado a la depreciación del tipo de cambio. Ahora se observan elevaciones cambiarias que no se traducen en aumento de precios", indicó.

Las depreciaciones cambiarias, afirmó de La Torre, no son un problema ahora, sino una solución que trae como beneficio: balance externo, estímulo del PBI y mitigación de la salida de capitales. "Hay un instrumental anticíclico más completo que posibilita que América Latina se parezca a países desarrollados como Canadá o Australia", anotó.