Decidido a salvar a Italia del abismo y en una semana decisiva para el futuro de toda la Zona Euro, el gobierno de Mario Monti aprobó un durísimo paquete anticrisis que prevé un ajuste de unos 30,000 millones de euros y pidió al escéptico Congreso de su país que apruebe rápidamente las medidas de austeridad, nuevos impuestos, reformas a la jubilación y apoyos para el crecimiento.
El programa de medidas del primer ministro italiano incluye 30,000 millones de euros (40.500 millones de dólares) en recortes a gastos y alzas de impuestos, así como 10.000 millones de euros (13.500 millones de dólares) para impulsar el crecimiento anémico de Italia.
Al hacer el anuncio, la ministra de Trabajo, Elsa Fornero, no pudo evitar quebrarse. "Nos ha costado…", fue todo lo que alcanzó a decir la funcionaria antes de romper en llanto. "Creo que quería decir sacrificios", dijo Monti, para completar la frase cortada en pleno anuncio. Fornero confirmó que los italianos tendrán que aportar durante 42 años para poder jubilarse.
"Sin este programa, creemos que Italia se derrumbará, Italia caerá en una situación como la de Grecia, un país al que admiramos pero al que no queremos imitar", insistió Monti.