Por Andrés Uribe, Director de Finanzas, Inversiones y Tesorería de Mapfre
En el Perú el emprendimiento ha sido un motor fundamental para el desarrollo económico y social. Según la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN), en los últimos cinco años (2019-2023), el número de emprendedores ha crecido en más de 81,200, una cifra que demuestra el espíritu resiliente de quienes buscan un camino hacia el progreso. Entre ellos, el papel de las mujeres ha sido fundamental, representando en el último año un 39.3% del total, un aumento de 0.5% en comparación a 2022.
La participación femenina en el ámbito empresarial es una clave con grandes oportunidades por delante. Mientras que Lima concentra el 22.3% de las micro y pequeñas empresas (mypes), regiones como Piura (7.2%), La Libertad (6.9%), Cajamarca (6.8%) y Cusco (6.4%) presentan una base de emprendimientos que podría ampliarse con un enfoque más inclusivo. La disparidad en las cifras sugiere que muchas mujeres, especialmente fuera de la capital, enfrentan retos adicionales que podrían estar frenando su iniciativa emprendedora.
Aunque este número haya crecido en 2023, este ritmo podría mejorar para así lograr una mayor inclusión. Las barreras culturales y de información dificultan la entrada y permanencia de muchas mujeres en el sector empresarial, este podría ser uno de los principales obstáculos del crecimiento.
Pero la solución no solo pasa por promover políticas e iniciativas que motiven a más mujeres a emprender, sino que también ofrezcan las herramientas necesarias para que prosperen. Desde nuestro rol como promotores de la salud financiera en Perú, quisiera recordar la importancia de 4 pasos para las emprendedoras que están empezando a construir el sueño del negocio propio.
Lo primero es diseñar un plan de negocio basado en un estudio de mercado, que proyecte la cantidad de capital, deuda y liquidez que va a requerir el negocio. Asegurarse de tener la fuente de financiamiento necesaria para ejecutar un plan mínimo viable para probar la idea, considerando las diversas formas de generar un capital semilla. Lo segundo, invertir en herramientas de gestión. Tercero, formalizar la empresa. Y finalmente, y muy importante, proteger la inversión asegurando el negocio.
En el Día de la Mujer Emprendedora, celebremos el progreso sin olvidar los pasos que tenemos pendientes como sociedad. Es fundamental construir un entorno que facilite y motive a más mujeres a emprender, desde las grandes ciudades hasta las comunidades más alejadas. Solo cuando el emprendimiento femenino se potencie y difunda, podremos hablar de un verdadero cambio a la modernidad que impulse un Perú más seguro y próspero.