QUE LA HITORIA NO SE REPITA. El control de importaciones causó que las familias hicieran largas colas en busca de alimentos como el pan. (ARCHIVO HISTÓRICO GEC)
QUE LA HITORIA NO SE REPITA. El control de importaciones causó que las familias hicieran largas colas en busca de alimentos como el pan. (ARCHIVO HISTÓRICO GEC)

Las propuestas del plan de gobierno de , partido del candidato presidencial , hacen recordar las preocupantes medidas intervencionistas de los años 80. Su reciente anuncio respecto a que, de llegar al gobierno “no habrá importación de lo que el pueblo produce”, trae a la memoria la política de control de importaciones que aplicó en su primer mandato (1985-1990). ¿Cuáles fueron los efectos devastadores de controlar e impedir las importaciones y con qué intención se aplicó tal medida?

Una de las consecuencias que aún recuerdan millones de peruanos, fue la falta de pan para llevarse a la boca. No hubo época más complicada para ser panadero, ni para comprar pan, que durante el primer gobierno de Alan García Pérez. Entre 1985 y 1990, la industria panadera se vio duramente afectada por el control de stock, importaciones y precios, el cual formó parte de las políticas intervencionistas de aquel entonces, tal como se destaca en la entrega número 23 de la “Colección del Bicentenario: 200 años de Economía en el Perú”, publicada ayer con Perú21.

Para el economista David Tuesta, el control de importaciones tenía el objetivo de “proteger determinadas industrias o sectores del país; sin embargo, esto generó que los productos sean más caros y escasos”.

Según el ex titular del MEF, esta situación se originó porque los productores locales no tenían capacidad para producir en gran cantidad. “El Gobierno tuvo que subsidiar la compra de las importaciones, pero cuando se acabaron las arcas fiscales, muchos productores cesaron sus operaciones. No existen las soluciones mágicas. Cuando se fijan precios por debajo del precio real, automáticamente se genera escasez y mercados negros”, advierte.

Tristes recuerdos

Al respecto, Pío Pantoja, panadero, empresario y presidente de la Asociación Peruana de Empresarios de la Panadería y Pastelería (Aspan), recuerda y cuenta cómo se vivían los días de escasez de los insumos para la producción de pan y las excesivas medidas de control.

“Todos los días nos supervisaban una infinidad de entidades públicas para controlar nuestro stock. Además, había un problema porque los molinos no tenían insumos suficientes. Uno pedía 100 sacos y te mandaban 10. Igual pasaba con la azúcar, la leche y huevos. Las empresas proveedoras nos vendían un producto amarrado con otro y nosotros debíamos hacer lo mismo con los clientes. Se formó una cadena de especulación”, comenta.

QUE LA HITORIA NO SE REPITA. El control de importaciones causó que las familias hicieran largas colas en busca de alimentos como el pan. (ARCHIVO HISTÓRICO GEC)
QUE LA HITORIA NO SE REPITA. El control de importaciones causó que las familias hicieran largas colas en busca de alimentos como el pan. (ARCHIVO HISTÓRICO GEC)

Durante esos años, cuenta Pantoja, la situación de abastecimiento de insumos era tan complicada que se hizo común que los negocios con la inscripción que decía: “No llegó la harina, no hay pan”. El problema era que muchos peruanos pensaban que los mismos panaderos eran los responsables de la escasez y de las colas. “Era incómodo trabajar como panadero en esos años. Los clientes creían que nosotros éramos los responsables”, asevera Pantoja.

“Nuestros hijos volteaban a mirarnos y nos preguntaban por qué no cambiábamos de rubro. Había mucha impotencia. Es importante que los padres les cuenten a sus hijos todo lo que pasamos: las inmensas colas. No podíamos vender más de 8 o 10 panes por persona”, agrega.

Conseguir los principales insumos del pan también era toda una odisea. Pantoja recuerda: “Estábamos muy pendientes de qué día un barco traía trigo, ya que no teníamos para producir”, recuerda.

“Los molinos no tenían trigo para hacer harina y se dosificaba a las panaderías. Buscábamos como locos dos o tres sacos de harina. Eso solo servía para medio día de producción. Uno se arriesgaba”, recuerda.

Además, remarca que el control de importaciones dañó la cadena de producción de pan. “El abastecimiento de harina era solo de 50% o 60%. Solo el Estado podía comprar el trigo y no era suficiente para abastecer a todos”, asevera. Y, además, era difícil trabajar en una panadería pues la Guardia Civil, la Guardia Republicana y la municipalidad inspeccionaban todos los registros del cuaderno de control de stock e insumos que como panaderos debían presentar todos diariamente. Por ello, espera que esos tiempos no vuelvan más.

TENGA EN CUENTA:

-El control de importaciones fue implementado por García para limitar la salida de dólares, un problema producido por las políticas intervencionistas que desincentivaron las exportaciones y la entrada de capitales del extranjero. Así lo explica el economista Jorge González Izquierdo.

-“Las políticas internas del momento causaron una reducción significativa de dos de las fuentes de ingreso de dólares. Esto generó la escasez de dólares y, para que el precio no se dispare, se fijó el precio por medio de los dólares MUC”, afirma.

-“Al hacer esto, también se fijó el precio del dólar para cada tipo de importación. A su vez, esto causó que se hiciera un uso desmedido de las reservas internacionales netas, lo cual desencadenó prohibiciones en la importación de productos (como la harina usada para hacer pan)”, asevera el profesor de la Universidad del Pacífico.

-En cuanto al uso de las reservas internacionales es importante recordar que la administración de estas se encuentra a cargo del Banco Central de Reserva (BCR), cuya autonomía debe respetar cada gobierno de turno.

Mañana: El desastre de las empresas públicas y la leche Enci.