Vargas, ¿y el fútbol dónde está?

Carlos Bernuycbernuy@peru21.com

La inmadurez no es selectiva. Puede tomar a un adolescente, envolver a un adulto, ser parte de un gerente, un ejecutivo o un futbolista. Y justamente lo peor que le puede pasar a un futbolista es dejar de pensar en fútbol. Realizar hechos sin medir consecuencias y asumir responsabilidades cuando sus acciones son portada diaria. Lejos, muy lejos, queda el pegarle a la pelota. Ese trabajo que al vestido de corto le da dinero, y brinda al hincha común una pequeña alegría cuando de la selección se trata. Y l*a selección, señor Juan Manuel Vargas, no parece estar en su cabeza* ahora, a pesar de que usted dice quererla.

Porque para estar en un equipo nacional se tiene que destacar sobre los demás. En los últimos meses, el volante peruano ha pasado de ser un jugador regular, a tener momentos que distan mucho de un profesional. Primero perdió el puesto en la Fiorentina, a manos de Manuel Pasqual. Lo perdió por mal estado físico, poco rendimiento y trajín. Ya no era el jugador que lo hizo bien en Catania y en sus primeros tiempos en la 'viola'. Pero Vargas insistía en que estaba en 'su peso ideal'.

Luego de eso llegaron sus malos partidos con la selección peruana. Sé que Vargas es querido en nuestro país, por el pundonor y los 'huevos' que lo han llevado hasta a ser idolatrado por periodistas. Quizás por eso pocos lo critican. A ver ¿cuántos puntos en la Eliminatoria nos da bajarle el pantalón a tu compañero, hacer bromas tontas o poner apodos? 'Hay unión de grupo' se titula a veces. Falso. Eso es no unión. Es inmadurez para olvidar que se está en concentración previa a choques donde no se puede pestañar.

Ante Chile, Vargas fue 'paseado' por Mauricio Isla, y ante Ecuador completó un pésimo encuentro. La broma fue de mal gusto porque perdimos ambos partidos. No se pretende echarle la culpa de todo al mediocampista, pero sí incidir que, viniendo de fuera, se le tiene que exigir más. Ahora el jugador ha salido a los medios a decir que "está separado" de su esposa, al parecer presionado por los rumores de un affaire con una modelo. Nadie puede meterse en la vida privada de una persona, pero, si es pública y perjudica su propio rendimiento, puede llevar a reflexión. Si el affaire fue cierto o no, y si Vargas decidió que esto llegara a un punto donde podía explotar, es porque no midió las consecuencias de sus actos. Un hombre casado, con tres hijos, podría haber tenido otra reacción más sutil (si se puede llamar así) o madura que anunciar su separación días después que su esposa viajara a Italia.

Esto ocurre luego de que en la última semana los mensajes de las redes sociales se convirtieran en balas para disparar por parte de dos damas. Aunque la modelo tuvo poco tino para decir que 'sí le iría' a un hombre casado y con tres hijos, Vargas, en vez de estar pensando en recuperar su lugar en la Fiorentina, llamó para "aclarar las cosas" a un programa de televisión de un amigo suyo, que seguramente se benefició con el rating pero no le recomendó dejarse de tonterías. Hay que recordar que esos mismos problemas de mujeres los tuvo Jefferson Farfán, que también llamó a un programa de espectáculos para "aclarar las cosas".

¿No se debería estar pensando más en fútbol? ¿Vargas está loco? Definitivamente no, continúa teniendo esa buena pierna izquierda. Lástima que la inmadurez aparezca ahora en su camiseta en vez de un apellido con el que supo ganarse un lugar.