Le tiene miedo al mar y a perder. Pero ambos temores la fortalecen. Cuando aún no había cumplido 10 años, se tiraba a todas las olas. Nadie la podía sacar del agua. Un año después ya competía, pese a que aún no sabía cómo conducirse en el agua: se paraba y abría los brazos como tratando de hacer equilibrio. Hasta ahora se acuerda y hace el gesto como ridiculizando ese momento. Pero ganó en su debut y desde ahí no paró.

Le faltan tres ciclos para acabar sus estudios de Administración y Negocios Internacionales, pero le gusta la arquitectura y la actuación. Le pregunto si sobre las olas hay dosis de arte. “Sí porque vas dibujando líneas en la ola”, responde Vania Torres, sexta en el mundo en stand up paddle, modalidad del surf con la que obtuvo la medalla de plata en los Juegos Panamericanos Lima 2019. Se compite con una tabla un poco más grande porque se está parado todo el rato. No hay opción de echarse y se debe remar. Sin embargo, esta modalidad no estará en Tokio 2020, pero puede que llegue a París 2024.

Es mediodía. Vania aterrizó esta madrugada en un vuelo de Nueva York, donde participó en la segunda fecha del tour mundial. Entre brazos trae una tabla fucsia. Luce china de cansancio, pero su sonrisa es fresca como la brisa de Punta Roquitas y es de palabras contundentes como las olas del mar. “Es un deporte de necios. Si te caes, vuelves y vuelves, hasta que te paras”, afirma.


-Dices que no obtener el oro te ha “matado”. ¿Lograr plata en los Panamericanos es signo de triunfo o derrota?

Fue una derrota en el momento porque no me gustó perder mi ronda, pero es un triunfo porque le he ganado a personas que la rompen y que corren el circuito mundial. La chica con la que perdí es la mejor del mundo.

-¿Qué hiciste mal?

Fue un heat muy ajustado, por menos de un punto.

-¿De qué depende una derrota o un triunfo?

De mí. En esa final faltó no caerme en la última maniobra.

-¿Y lo impredecible del mar?

El mar puede cambiar cuando quiera. Por eso una hora antes de tu heat, por lo menos, hay que saber cuántas olas vienen en cada racha y dónde posicionarte. Hay campeonatos donde sabemos que las olas vienen cada cinco minutos, entramos y la marea cambia. Hay que saber leer las olas.

-Tu primera ola fue a los 9 años. ¿Cómo así?

Mi mamá me metió a correr a la escuelita de Magoo de La Rosa en Makaha. Creo que ella siempre tuvo las ganas de meterse al mar a correr olas, pero como mi familia es un poco tradicional, nunca me metieron. Además, mi papá era surfista cuando era más difícil serlo, había un estereotipo bien marcado, diferente al de ahora.

-¿Cuál era el estereotipo?

Que no era un deporte, que era más un estilo de vida del vago, quizás vinculado a las drogas.

-¿Cuándo cambió eso?

Creo que cambió desde que salieron Gabriel Villarán y Sofía Mulanovich a competir y se lo tomaron en serio. Sofía tuvo el mayor logro deportivo, acaba de ganar el Mundial.

-¿Querías ser como Sofía?

Sí. Empecé a surfear cuando ella ganó en 2004 más o menos. Yo tenía nueve años. Ella ganó y un montón de chicas nos metimos a las escuelitas, porque ya no era un deporte tan de hombres.

-También está el prejuicio de que es un deporte de “pitucos”, de “gente de plata”.

Puede que haya sido un deporte de pitucos antes porque no había mucho apoyo para las personas que querían competir y las únicas personas que salían a competir afuera eran las que tenían plata para pagarse pasajes y entrenadores. Ahora el que corre bien, recibe apoyo. El surf es el deporte que nos da más logros que cualquier otro para el Perú. La imagen de ser surfista es un poco aspiracional. Y tenemos generaciones increíbles que se vienen.

-¿Tener un mar como el peruano es también gravitante?

Sí, tenemos olas en todos lados. Estamos en la Costa Verde y hay cinco playas con olas, una al costado de la otra, con escuelas. No necesitas tener una tabla, solo vas, alquilas una y te enseñan.

-En Lima vivimos muy cerca del mar y no nos damos cuenta de lo que tenemos.

Poco a poco se está valorando. Tenemos un litoral privilegiado para el surf. Mucha gente de otros países viene solo a correr tabla. No hay otra capital de América que tenga mar y olas como la nuestra.

-Dices que el surf es un deporte para necios. ¿Por qué?

Te caes y tienes que volverte a parar. Hasta ahorita me pasa.

-Es como aprender a vivir con la derrota.

Pero no lo tomas como una derrota; tienes un millón de oportunidades. Me gusta correr tabla más que cualquier otra cosa.

-También hiciste jiu-jitsu.

Me parecía un complemento chévere para el surf. Pero compitiendo me rompí un par de dedos: uno del pie y otro de la mano. Entonces, decidí concentrarme en el surf.

-¿Hacer jiu-jitsu sumó al surf?

Me dio resistencia y flexibilidad.

-¿Y la tabla qué te da?

Algo más espiritual. Me meto al mar y si tuve un mal día, salgo con otra cara. Da disciplina.

-¿Hay espacio para el miedo?

Sí. Hay veces que te mueres de miedo, pero lo haces igual, sobre todo cuando las olas están muy grandes, como de cuatro metros. Pero hay que superar los miedos, aunque todavía estoy en eso (ríe).

-¿Qué te fortalece?

El miedo a perder. No me gusta perder. Entonces, cuando estoy en el mar remando y viene una ola gigante, no quiero que me vean arrugar. También hay miedo a no traer una medalla.

-Te has quedado picona por no lograr el oro en Lima 2019.

¡Piconaza!

AUTOFICHA

- “Soy Vania Liana Torres Olivieri, tengo 23 años, nací en Lima. Estudié un poco de teatro en el taller de Roberto Ángeles, me interesaba la actuación, pero lo tuve que dejar a la mitad porque tenía muchos viajes. Me gustaría volver al taller. Hay una película que viene, donde saldré como extra (risas)”.

- “Entre competencias nacionales e internacionales ya perdí la cuenta de cuántas medallas tengo. Recuerdo con cariño el Mundial Isa Junior que ganamos, y Lima 2019 ha sido lo más increíble que he vivido en toda mi vida, hemos recibido atención de todos lados”.

- “Hay que entrenar para noviembre, que será la tercera fecha del tour mundial. La primera en Hawái no me fue bien y la segunda que ha sido ahora en Nueva York quedé cuarta. Estoy sexta en el ranking y espero mejorar. El año pasado quedé tercera en el ranking y ahora quiero superar esa marca”.

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