Acaba de cumplir 15 años y ya es tres veces campeona nacional de En 2018 llegó al mundial de Tailandia y este año competirá en el mundial juvenil de Turquía. Asegura que la clave para ganar una pelea está en los puños fuertes y las patadas demoledoras.

Desde chiquita ya soñaba con ser peleadora. En su barrio, en el parquecito de Alto Perú, en Chorrillos, se reunían los amigos del barrio para jugar kiwi, correr en la noche, salir con el skate. “Corría como loca”, recuerda en voz baja sobre su niñez y sonríe tímidamente. Llegó a los siete años de edad y gracias a su tío conoció este deporte. Era la única mujer. Su primera pelea fue a los 11 años y la ganó. Hoy ya son seis chicas.

Llegaba con la nariz hinchada o cojeando después de los entrenamientos. Su mamá se molestaba, pero luego comprendía que era parte del deporte. “En el barrio he vivido entre balaceras y he visto consumo de drogas, pero siempre busco la manera, así sea la más chiquita, de tener un mejor futuro”, alza la voz Tatiana Mora.

-¿Qué tal la celebración por tus 15 años?
No se pudo dar la fiesta. Venía una campaña con una marca deportiva y tenía mucho trabajo que hacer.

-¿Lo sientes como un sacrificio?
Es un sacrificio, pero tanto tiempo he sacrificado bastantes cosas por ir a entrenar, como salidas con amigas y amigos y con mis primas, que ya no me incomoda, ya me acostumbré. Aunque al final hay tiempo para todo.

-Empezaste a los siete años, muy chica. ¿Lo elegiste o alguien te orientó?
Empecé por mi tío. Él iba a entrenar y de la nada me llevó a un entrenamiento. Era la más chiquita, la única mujer.

-¿No te dio temor?
Al principio no lo tomé muy en serio. Pero luego sí tuve un poco de miedo, porque era la más chiquita. Había puros chicos y grandes.

-¿Y con quién entrenabas?
Con los hombres. Me cayeron varios golpes.

-¿Después del primer golpe no dudaste?
Para nada. Soy bien picona. Me cae un golpe y voy con todo (risas). Este deporte me da un poco más de seguridad; al mismo tiempo, no me siento menos cuando estoy en un grupo de chicas y soy la única que hace un deporte de contacto físico.

-¿Te fastidiaban por hacer este deporte?
Antes sí. Los hombres sobre todo. Cuando entrenaba, mis primitos me decían “machona”. Ahora en Alto Perú somos hasta seis chicas que entrenamos. El muay thai ha crecido un montón.

-¿Cómo ayuda este deporte?
Me ha ayudado mucho mentalmente y me ha vuelto fuerte físicamente. Me ayuda a no sentirme menos cuando un hombre me dice: “¿Qué haces practicando eso?”. Demuestro que una mujer también puede tener fuerza y puede hacer este deporte, así alguien te diga que no.

-¿Y fue complicado sobresalir en un deporte poblado por hombres?
En el Perú no hay tantas chicas de mi peso que peleen, entonces me hacían pelear con hombres un poco más altos que yo. Pero hubo el caso de un chico que le pidieron que pelee conmigo, pero no quiso. Me miró raro y se negó. Sentía que me iba a hacer daño.

-Sé que el fin de este deporte no es ese, pero igual eventualmente puede servir para la defensa personal en la calle. ¿Te ha tocado pasar por eso?
No. No me gusta pelear en la calle. Pero sí me ha pasado que pasé por un lugar y un chico me persiguió y me hablaba. Antes de reaccionar, prefería decirle a mi tío y él habló con esa persona.

-Eres muy joven y ya tienes que soportar el acoso.
Es demasiado incómodo para una mujer, como cuando pasas y alguien te dice: “Mamacita”. Uno no debe quedarse callada. Uno siente impotencia, porque el hombre cree que es superior al punto que piensa que puede acosar a una mujer y esta se quedará callada por miedo.

-¿En casa cuál fue la reacción tras enterarse de que te dedicarías a este deporte?
Yo vivo con mi mamá y mi hermana menor. Y desde la primera pelea mi familia me apoya mucho. Es un deporte que me ha abierto muchas puertas.

-Además, eres un ejemplo de superación en Alto Perú, un barrio donde se vive la inseguridad.
Cuando una persona tiene ganas de salir adelante y mejorar, vivas donde vivas, así sea el lugar más sucio y con mucha delincuencia, saldrás adelante, puedes ser el mejor. Se cree que por vivir en un barrio donde hay delincuencia y los niños ven muchas cosas, como gente vendiendo droga, no se puede salir adelante.

-Pero el barrio también enseña, nos da calle.
Sí, he aprendido muchas cosas, como cuando viene alguien y se te quiere achorar, uno sabe cómo responder con un: “¿Qué te pasa?” (risas).

-¿Cuál es el futuro de Tatiana?
Estudiar y entrenar. La base de todo es el estudio, porque el deporte no dura toda la vida; tal vez en algún momento lo dejo por una lesión.

-¿Y al Perú cómo le va en este deporte?
Es un nivel muy alto. En los mundiales, Perú suena.

-¿Qué podemos esperar del mundial de Turquía?
Voy por la medalla de oro, pero todo dependerá del entrenamiento.

-¿Hay apoyo al deporte?
En 2017 no pude viajar porque la federación no me quiso apoyar. Y hoy se debe dar más oportunidades, porque tenemos talentos para ser una potencia.

-¿Qué tan lejos quieres llegar?
Quiero ganar el mundial y como el muay thai ya entró a las olimpiadas, de acá a unos años me gustaría ser campeona olímpica.

TAGS RELACIONADOS