TABLISTA PERUANO, TAMIL MARTINO, MEDALLISTA DE PLATA EN LOS JUEGOS PANAMERICANOS LIMA 2019.
TABLISTA PERUANO, TAMIL MARTINO, MEDALLISTA DE PLATA EN LOS JUEGOS PANAMERICANOS LIMA 2019.

es uno de los veintinueve estados de la India. En uno de sus extremos limita con el océano Índico. Tamil Nadu tiene 31 años y vive en la costa limeña, en el balneario de San Bartolo, frente al océano Pacífico. Tamil Nadu no conoce Tamil Nadu, pero asegura que en esa región del Asia también se corren olas.

No recuerda su primer encuentro con el mar. Solo sabe que a los 10 años se paró por primera vez en una tabla y, lo más importante, no se cayó. En cada ingreso al mar, arriesgaba más. Se perdía entre las olas y el horizonte. Su madre se ponía nerviosa porque no veía a su hijo. Para calmar las aguas, su padre –que superaba los 40 años– también se inició en el surf para acompañar a su hijo.

El pequeño Tamil Nadu creció rápido. A los 11, debutó y ganó su primer torneo. Desde entonces, no ha dejado de ganar títulos todos los años. A los 15, salió campeón nacional en longboard, el más joven hasta ahora. Desde 2011, entró al stand up paddle, y asegura que esta modalidad empezó en el Perú con el caballito de totora. Por cierto, también ganó un campeonato de caballito de totora. Sus últimos triunfos han sido el subcampeonato en un internacional de longboard en México y la medalla de plata en stand up paddle en Lima 2019.

No estudió para ser veterinario, ni psicólogo, ni empresario, pero asegura que la medalla panamericana es como haber acabado una maestría. Le pregunto sobre sus razones para practicar el surf. “Me hace feliz. No corro para ganar medallas”, responde con una sonrisa, sentado en la arena de San Bartolo, al lado de su tabla verde limón y el remo negro.

También eres profesor y tienes alumnos de 60 años. ¿Qué les enseñas?

Lo mismo que al principiante de 10 años: desde lo más básico hasta los conceptos de la tabla y el mar. No hay edad para el deporte. Lo más importante es vacilarse.

Pero el mar también amenaza. ¿Hay una relación de placer y miedo?

Totalmente. Hay olas que dan miedo, pero las corro.

¿Está bien sentir miedo?

Sí. Te motiva, te sientes vivo.

¿Qué te enseña el miedo?

A superarlo. Por ejemplo, Pico Alto es una ola bien grande, que puede llegar a los nueve metros. Es una ola que revienta a un kilómetro y medio de la orilla. Entonces, si ahí te invade el miedo, te terminas ahogando. El truco es ir escalando de a pocos, saber cuál es tu límite; si algo te da miedo, llega a un punto menos que eso, y cuando te sientes bien, trata de empujar ese límite.

Ya hablamos del miedo. ¿Dónde está el placer?

Todos encontramos el placer de distintas maneras. En mi caso, es la conexión con uno mismo. El surf es un deporte individual. Puedes estar compitiendo con tu equipo, puede haber mil personas viéndote, helicópteros, motos de agua, pero tú estás solo. Si no te conectas con el mar, este te gana.

¿Desde el stand up paddle se domina mejor el mar?

Lo que te da es una perspectiva diferente, porque estás parado.

¿Cómo ha sido la evolución de esta modalidad en el Perú?

En 2012 se abrió la selección de stand up paddle en el primer mundial ISA. Un año después, fui subcampeón mundial.

¿El stand up paddle es más exigente?

Totalmente. En una hora de paddle me canso como en tres de tabla, porque todo el tiempo estás parado haciendo equilibrio. Estar parado en esta tabla es, más o menos, como cuando te paras en una bola de yoga, de pilates. Te cansa mucho el abdomen, las piernas. Es completo.

¿Cuánto pesa el agotamiento mental?

El cansancio primero viene en lo mental. Pero tu cuerpo no está cansado sino tu cabeza.

¿Y cómo se sale de eso?

Tienes que pensar en el disfrute de correr olas, y entrar en ritmo.

Creo que aún persiste el prejuicio de que los tablistas son relajados.

Yo soy profesional en lo que hago.

¿Qué implica ser profesional?

Primero tienes que ser una buena persona, es una condición para ser un buen deportista. Por ejemplo, si veo basura en la playa, trato de recogerla. Lo otro es tu estilo de vida, que debe ser sano.

¿Cuando enseñas de qué te preocupas más que aprendan tus alumnos?

Que la pasen bien. Un buen profesor te hace evolucionar rápido a tu ritmo.

¿Cuánto suma que vivas frente al mar?

Tienes que estar cerca de lo que haces. Lo mío está acá, en el mar. La tranquilidad es súper importante. Por más que todos los días tenga que ir a Lima, tener una hora o dos de la mañana para entrar al agua, despertarme frente al mar o bajar con mi perro a la playa, no tiene precio. Tu calidad de vida es otra.

¿Es posible que en el Perú el surf sea tan masivo como el fútbol?

Otros países a nivel mundial no tienen las olas que tenemos acá. Perú tiene las mejores olas del mundo, las más constantes. Por ejemplo, Hawái tiene, aproximadamente, cinco meses de olas. Perú tiene olas todo el año.

Tenemos las mejores olas para ser los mejores del mundo. ¿Qué falta?

Un poco más de torneos como los Panamericanos, más apoyo de los medios y que la gente se empiece a involucrar en el deporte. Hay países que invierten millones en construir piscinas de olas, nosotros no necesitamos invertir ni un sol en eso.

¿Te atreverías a decir que el surf es el deporte más exitoso que tiene el Perú?

Sí. Somos una potencia mundial. Lo que pasa es que no se le da el debido peso. A nivel mundial, el surf se inició en el Perú con el caballito de totora. Tenemos un pasado que nos respalda y tenemos el mar.

AUTOFICHA

- “Soy Tamil Nadu Martino Marchetti. Tengo 31 años, nací en Lima, el 16 de marzo de 1988. Estudié Diseño Gráfico en el IPAD. Lo estudié porque era una carrera que me permitía tener libertad en mis tiempos y, de alguna forma, se relaciona con lo que hago”.

- “Tengo una marca de tablas de surf y yo las diseño. Manejo una escuela de surf en San Bartolo que se llama Surf & SUP School con Sebastián Alarcón que es otro tablista profesional. También la tenemos en Puerto Viejo. He ganado alrededor de 54 campeonatos”.

- “En un campeonato gané una beca para una escuela de tabla y cuando fui me dijeron que estaba más para que enseñe. De hecho sí me enseñaron, pero a dar clases. Tenía 16 años. También trabajo en Lima, como coach de la preselección junior del Regatas. Lo más difícil es trabajar la paciencia con los alumnos”.

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