“Ricardo Gareca era convocante. Juan Reynoso es disociador.”

El periodista deportivo Eddie Fleischman habla fuerte sobre la crisis en el fútbol peruano, las limitaciones del ciclo de Juan Reynoso, la necesidad de reformular la Federación Peruana de Fútbol y buscar a un técnico que sintonice con nuestra realidad, y la excesiva dependencia que tenemos de Ricardo Gareca.
"Fue un error contar con Reynoso", dice el periodista. "Porque si bien ha sido campeón a nivel de clubes y ha hecho una carrera exitosa, siendo el mejor de los técnicos peruanos en cuanto a prestigio internacional, también se conocía su historia de tener carácter difícil, distante, disociador, con delirio de persecución, con ciertos complejos."

¿Cuál es el estado de la selección peruana? Estamos en una especie de limbo con Juan Reynoso.

Muy precario. Es una selección peruana que ha perdido cierto grado de competitividad que había adquirido hasta el proceso anterior. Se arrancó con Reynoso con la ilusión de que, como él dijo, construyera sobre la base que dejó Ricardo Gareca. Pero lejos de ello, lo que hemos visto es una selección que ha ido en franco deterioro, que ha perdido su esencia y su propuesta de juego, que ha perdido funcionamiento colectivo y el nivel de algunas de sus figuras principales, que ha perdido el norte, que no tiene un 11 y que ha perdido partidos, además, en exceso. 

¿Qué le faltó a Reynoso? Sus palabras lastimaron la unidad del equipo.

Ha faltado tener claridad para saber qué quiere de la selección. Porque no se puede armar un equipo que tenga cambios constantes de un partido al otro, y que al mismo tiempo se pretenda que tenga funcionamiento colectivo. El funcionamiento colectivo se logra con una idea clara, con jugadores que se van habituando a una propuesta de juego, que se van viendo con frecuencia dentro del mismo once titular, que van coordinando movimientos y que van adquiriendo automatismos. Y eso no se puede lograr si uno está cambiando constantemente al cuadro titular. En los seis partidos de la eliminatoria, Reynoso ha utilizado seis parejas de centrales distintas, que además no han tenido muchos partidos unos con los otros. Entonces, encontrar coordinación y armonía, encontrar un funcionamiento con jugadores que de un partido a otro no saben si van a estar en el cuadro titular… Golpeando además la autoestima del jugador, demostrando públicamente que él considera que el torneo local no le da herramientas para competir. Y si además distanció a la afición de la selección y le quitó sentido de pertenencia, tenemos una mezcla que ha generado lo que hoy vemos: una selección sin rumbo, en declive. 

¿Mientras esté Agustín Lozano, el posible regreso de Gareca es más lejano?

Es muy poco probable que Gareca esté dispuesto a tomar el cargo. Y menos aún estando la actual dirigencia de la Federación Peruana de Fútbol (FPF). Tienes el desorden del campeonato, el manejo arbitrario de algunas decisiones de justicia, la politización de temas disciplinarios, el tema de licencias… Hay un caos en el fútbol peruano que hoy se refleja en la selección. En tiempos de Gareca se disimulaba. La selección nos puso en un nivel competitivo que estaba muy distante de lo que es realmente el fútbol local. Lo que ha hecho Reynoso es aplanar, allanar y poner a la selección en el mismo nivel del fútbol doméstico. Un nivel realmente muy pobre. 

¿La no renovación con Gareca fue solo por diferencias con la dirigencia de la FPF?

Tuvo que ver con que la directiva de Agustín Lozano fuera muy irresponsable en el manejo de la información reservada que hay en cualquier negociación. Gareca, su representante y su entorno, perdieron confianza en su interlocutor. Y dijeron no: no hay seriedad del otro lado, no hay una parte confiable, una disposición de enderezar el fútbol peruano. Y Gareca se desanimó y prefirió no continuar con la negociación. 

Un auspiciador hizo un spot pidiendo cambios. Y Gareca llegó al Perú con una marca para dar charlas, usando la imagen de seriedad y confiabilidad que tanto hace falta.

Si bien no tiene derecho a presionar para que la FPF tome decisiones y cambie cosas, el patrocinador invierte dinero y está preocupado por el producto con el que se asocia. Y probablemente a más de un auspiciador el producto “fútbol peruano-directiva de la FPF-selección peruana bajo Juan Reynoso” no lo satisface. Le preocupa al auspiciador. Siente que vincula su marca a una serie de desórdenes y a un proceso que va camino al despeñadero. Y entonces hay dos visiones sobre el caso de este auspiciador que se manifestó con un vídeo. Por un lado, un impacto indudable. Hizo que todo el Perú hable sobre la marca. Es un impacto marquetero importante. Pero al mismo tiempo está detrás la preocupación por la continuidad de la selección. Los patrocinadores que piensan acompañarla el resto del camino no quieren probablemente verse relacionados con un proceso fallido. 

Gareca dio seriedad, más allá de las taras del fútbol peruano.

Había con Gareca un nivel de liderazgo que permeaba hacia los jugadores. Liderazgo entendido también en el hecho de que hubiera jugadores que cuando perdían el rumbo se encarrilaban otra vez. Farfán fue separado en la selección. Le demoró mucho tiempo volver. Advíncula estuvo fuera de la selección ocho meses. Le tardo volver. Carlos Zambrano, lo propio. Con Cristian Cueva hizo una tarea no solamente de entrenador, sino de coach. Lograr que Cueva, en lugar de ser separado en la selección por algún caso de indisciplina, se pusiera ‘derecho’ y le diera lo mejor que ha tenido en su carrera a la selección. Ése es un mérito del entrenador. Es parte del liderazgo que tiene que ejercer el entrenador: potenciar individualidades. Si hay un jugador con grandes cualidades y que tiene una conducta a veces reñida con la vida profesional, la tarea del entrenador no es necesariamente separar a ese jugador, sino quizás rescatarlo en beneficio del equipo. Y Gareca, en sus conferencias de prensa, además dio mensajes a la ciudadanía y al poder político, inclusive en tiempos de pandemia. Tuvo mensajes que demostraron un auténtico amor por el Perú y un interés por hacer crecer el fútbol peruano. Y creo que eso la afición lo sentía. Era un técnico que aglutinaba voluntades, un técnico convocante y no disociador. Y lo que hemos tenido con Juan Reynoso es un técnico disociador. 

Ya se habla de reemplazos. Hay una encuesta de Ipsos, incluso.

Si de mí dependiera, aprovecharía esta coyuntura para darle un vuelco y una refundación al fútbol peruano. Con un comando técnico que venga no solamente a dirigir la selección mayor, sino a diseñar todo un cambio desde las raíces. Me parece un error soltar nombres que pueden estar de moda. Del Solar está dirigiendo la Sub-23, entonces que quede como interino. Fossati salió campeón con la U, entonces que tome el equipo. Zubeldía salió campeón con el LDU, entonces que tome el equipo. Yo no creo en esa forma de tomar decisiones. Chemo y Fossati tienen visiones distintas. Primero se tiene que entender qué tipo de entrenador necesitamos, qué perfil queremos y evaluar el tema económico. Pusimos a Maturana que estaba de moda, no funcionó. Autuori campeonó con Alianza y Cristal, se puso de moda, estaba funcionando, pero el Congreso lo llamó a rendir cuentas, un absurdo, lo hicieron renunciar. Ternero salió con campeón con Cienciano, no funcionó. Markarián fue subcampeon de la Libertadores con Cristal, se puso de moda, no funcionó. Luego de una evaluación, Oblitas dijo “Gareca es el técnico indicado porque sabe trabajar sobre la escasez. Y en el fútbol peruano hay escasez de figuras”. Hay que volver a enfocarse en un proyecto que tenga una visión de futuro. Fue un error contar con Reynoso. Porque si bien ha sido campeón a nivel de clubes y ha hecho una carrera exitosa, siendo el mejor de los técnicos peruanos en cuanto a prestigio internacional, también se conocía su historia de tener carácter difícil, distante, disociador, con delirio de persecución, con ciertos complejos. Entonces tampoco era el técnico idóneo, pero se le tomó porque era el técnico de moda tras salir campeón con Cruz Azul. Hay que tener menos pasión y más reflexión. El mundial se ha convertido en nuestra obsesión. Y estamos enfocando mal nuestra obsesión. Nuestra obsesión debería ser que el fútbol peruano crezca y se haga competitivo por sus propios medios, no porque llegó un entrenador e hizo magia. Si vamos a esperar cada vez que un entrenador obre una fantasía momentánea como hizo Gareca, vamos a estar eternamente lamentándonos. 

Debemos superar la ‘gareca dependencia’. Gareca es como Julio Velarde. El sistema debe aprender a ser serio y profesional más allá de él.

Correcto. Mira el caso de Ecuador. Empezó a sembrar. El modelo de Independiente del Valle. El técnico Alfaro tomó la selección y la clasificó al mundial. Hoy la tiene un técnico español que ha trabajado menores. Le dan visión de futuro. Y Ecuador exporta futbolistas a Europa, tiene un seleccionado titular de 16 años que ya tiene un contrato con el Chelsea, tiene a Moisés Caicedo jugando en la Premier League, con una cotización que supera los 100 millones de euros. No es casual. No es tirar una moneda al aire. Es trabajar, ordenar las bases. Pero si no siembras no vas a cosechar.

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