¿Y solo se ha dedicado a este deporte?
Sí. Después de que me probaron en ese equipo, ya me llevaban a otros clubes. Mi primer sueldo fue de 20 soles por partido. En un fin de semana jugaba hasta cinco partidos. Era el año 2006. Con esa platita, ayudaba a mi mamá, porque hemos sido de familia muy humilde. Todo el dinero que entraba era para la casa. Hasta que me probé en el equipo de fútbol de la Universidad Católica. Metí un gol, di pases gol y me quedé. Ya tenía 13 años y me convocaron a la selección peruana Sub 20. Hicieron una convocatoria de 100 personas; de ellas, tenían que quedar 18. En esa época no tenía ni para el pasaje y debía ir constantemente a la Videna para las pruebas. Un vecino me prestaba plata. Y, gracias a Dios, fui seleccionada y viajamos a Chile. Siempre voy a recordar que mi primer partido internacional fue el día de mi cumpleaños. Me eligieron de capitana y, con un golazo mío de palomita, le ganamos a Uruguay. Desde entonces, no dejé de estar en una selección hasta el día de hoy.