La FIFA confía en la capacidad de Rusia a la hora de resolver los problemas técnicos que han retrasado la inauguración del estadio de San Petersburgo (también llamado estadio Krestovsky).
Este recito es importante debido a que debe acoger la Copa Confederaciones de 2017 y el Mundial de 2018.
"Hay un plan claro, una planificación técnica de los trabajos que deben ser efectuados y deben estar acabados en las dos próximas semanas", expresó Colin Smith, director de Competiciones y Eventos de la institución.
"Estamos convencidos de que las medidas que han sido planificadas deberían resolver la situación", agregó, citado por AFP.
Tras diez años de trabajos, este nuevo estadio realizó su primera prueba a principios de febrero, al recibir a unas 10.000 personas en sus gradas. El estadio tiene espacio para 68.000 espectadores.