Reyna vs. Maradona: la historia de cómo marcaron al crack argentino para anularlo

La selección peruana tenía un plan para frenar al hábil volante de 1.65 metros. El manual de la marca personal al milímetro entró en práctica aquella tarde y el encargado de ejecutarla fue Luis Reyna.

Agarrones, golpes, una que otra patada y una persecución personal que se robó las cámaras y avivó a la hinchada peruana reunida en el estadio.

Reyna, ordenado y atento a cada reacción y movimiento de Diego, siguió a Maradona todo el partido, sin pausa. Se olvidó de jugar a la pelota y estuvo enfocado en evitar que el astro argentino reciba el esférico con comodidad. Ni siquiera cuando el arquero peruano tenía la pelota en sus manos, Reyna se despegó de Maradona.

Esa fue la clave, no darle espacios. Maradona, hábil gambetero cuya potencia de piernas podía dejar atrás a los defensas más recios con facilidad, necesitaba espacio para dominar la pelota, ponerla al suelo y avanzar. Esa vez, no logró tejer ninguna jugada de peligro.

El técnico peruano era Roberto Challe y su estrategia dio resultado. Gol peruano a los 8 minutos de Juan Carlos Oblitas y se cerró el marcador. Ganamos 1 a 0 y se mantenían vivas las aspiraciones de llegar al Mundial del 86.

Bastaba ver la cara de Diego durante esos 90 minutos. Fastidiado, incómodo por el asedio de Reyna, no tuvo una jugada clara en todo el partido, y cuando parecía que se soltaba, que Reyna resbalaba y cedía espacio, el volante peruano se recuperaba y volvía a cerrarle el paso al argentino. Un jalón de camiseta, del short, respirarle a la nuca, todo valía para anularle. Seguirlo de área a área, en los córners y saques de banda, en todo momento, no había que darle espacio bajo ninguna circunstancia.

Pero Luis Reyna no era un limitado para el fútbol, era un volante con buen toque y panorama de juego, pero ha pasado a la historia del fútbol peruano por ser el hombre que logró lo que pocos pudieron hacer: anular a Diego Maradona en un campo de fútbol. “Sabíamos que había que anularlo a Maradona porque Argentina dependía de él en todo. No recuerdo que hayamos tenido cruce de palabras en el partido”, recuerda Reyna.

Claro está que no todos los amantes del deporte rey simpatizan con este tipo de acciones, incluso se cree que se trata de ‘jugar sucio’, de ‘anti-fútbol’, pero es cierto también que aquel partido pasó a la historia y no por el buen trato al balón o las espléndidas jugadas que se vieron, sino porque un discreto volante del Sporting Cristal y de Universitario pudo anular a una estrella del fútbol y la selección peruana se quedó con los 2 puntos, tan necesarios y justos en ese momento.