Redacción PERÚ21

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Ganar la medalla de oro y obtener el récord panamericano es el resultado del esfuerzo que le ha puesto a sus entrenamientos, a sus carreras, a su vida, pero nada de ello sería igual si para disfrutar de ese triunfo no tuviera a su familia.

Es por ello que, tras cruzar la línea de meta, lo primero que hizo la atleta fue buscar con la mirada a Marcelina Pucuhuaranga: su madre

Con los últimos suspiros se energía, Gladys dio unos pasos más y se acurrucó en los brazos de doña Marcelina y de su hermano, que llegaron desde su natal Junín para verla brillar una vez más, pero esta vez en su país.

Tras fundirse en un abrazo la familia Tejeda Pucuhuaranga celebró y lo hizo como nunca o, somo siempre, teniendo en cuenta que Gladys ha destacado en más de una oportunidad. 

Doña Marcelina solo pudo decir lo que una madre siente cuando ve a su hija tocar el cielo: "Me siento orgullosa", mientras Gladys no podía ocultar la emoción. .

Hoy Gladys Tejeda se cobró la revancha que esperaba desde 2015 en Toronto cuando le retiraron la medalla de oro por un dopping positivo. Ella asegura que eso fue una injusticia, pero ya es historia pasada. Hoy el oro brilla en sus ojos.