Percy Rojas fue campeón, en el 75, de las copas Libertadores y América. (Foto: Hugo Pérez)
Percy Rojas fue campeón, en el 75, de las copas Libertadores y América. (Foto: Hugo Pérez)

No era un nueve neto. Era un nueve que bajaba hasta tres cuartos de cancha para hacer una pared y llegar al arco. También era un nueve que picaba por la banda izquierda o derecha. Veloz por las puntas y hábil para definir en el área. De 20 partidos, hacía 12 goles. Jugaba pensando en el equipo.

Cuando era adolescente peloteaba a escondidas de su padre. Vivía en la Unidad Vecinal y un día, con engaños, se fue a probar a con los amigos del barrio. Gorreando el tranvía partió rumbo al estadio Lolo Fernández, en Breña. Hizo tres goles en 10 minutos y los profesores pidieron hablar con su padre.

Flaquito y mechador, él quería pertenecer a las fuerzas armadas, como su progenitor. Se graduó en Administración y fue campeón en la y Copa Libertadores del año 75. Siempre admiró a ‘Perico’ León. Lo considera el ‘Pelé’ peruano. “Era un artista”, dice Percy 'El Trucha’ Rojas, quien hoy dirige una academia de fútbol y es comentarista deportivo en el canal de cable Gol Perú. En esta entrevista revisamos su pasado y el presente de la selección peruana, que hoy debuta en la Copa América de Brasil.

Pudo haber sido basquetbolista. Pertenecía a la selección del colegio Hipólito Unanue. Gracias al básquet tenía panorama en el fútbol. Hasta que lo mandaron a llamar. Sus entrenadores le dijeron que debía elegir: fútbol o básquet. Y ya sabemos lo demás.

¡Qué año fue 1975, Percy!
Fue el mejor de mi carrera deportiva. Salí al extranjero, fui contratado por Independiente. Recuerdo que cuando jugaba en la ‘U’, en el 74, hubo un cuadrangular por la inauguración del estadio de Matute: vino Nacional de Uruguay, Independiente de Argentina, la ‘U’ y Alianza. Campeonamos en el cuadrangular. Le ganamos a Alianza y cuando jugué contra los argentinos, hice un gol. Y bueno, vino mi contratación.

Y ya le habías hecho un gol con la ‘U’ a Independiente, en el año 72.
Sí, en la final de la Copa Libertadores que ellos se llevaron ganando 2-1 en Avellaneda. Sí, el 75 fue mi mejor año, porque me integré al club y salimos campeones de la Copa Libertadores, además de campeonar con Perú en la Copa América, pese a que en el Perú querían ‘amateurizar’ el fútbol. Fui al primero que buscaron los dirigentes. La selección venía de caer 6-0 en un partido amistoso en Ecuador. Un dirigente fue a buscarme a Argentina y me contó los problemas, y que necesitaban nuestro aporte. Le respondí que iba encantado. Pero me dijo que había un problema: “No tenemos para pagarte”. Bueno, no hay problema, respondí. “Es que hay otro problema”, insistió y agregó: “No tenemos para el pasaje”. Le aseguré que me hacía cargo. Jugar con Perú siempre ha sido para nosotros una aspiración.

¿Qué tenía ese grupo que campeonó?
Todos los que integramos ese equipo ya nos conocíamos y todos eran buenos jugadores. Perú era una potencia en Sudamérica. Cualquier equipo que logra el éxito es porque hay unión y compañerismo, cuando todos juegan bajo un mismo objetivo. Todos fuimos importantes en determinado momento. No hubo celos ni envidias, ni se pensaba en uno mismo.

Sotil prácticamente se escapó del Barcelona.
Y vino para el último partido, y todos lo recibimos con los brazos abiertos.

Y tú anotaste en el debut.
Anoté contra Chile. Contra Colombia, Juan Carlos hizo el gol, con Bolivia fue ‘Cachito’, contra Brasil Cubillas y Casaretto. Todos fuimos importantes.

Hoy, ¿qué tiene este grupo que nos llevó al Mundial después de 36 años?
Para saberlo hay que convivir con el grupo.

¿La derrota en el amistoso con Colombia qué sensación te deja?
Los jugadores estaban muy ilusionados. Se le ganó a Costa Rica, pese a que no hicimos una gran actuación. Y Colombia nos dio una cachetada, nos hizo despertar. No podemos pretender salir a arrasar siempre, hay que tomar las precauciones. Hasta este momento hay mucha diferencia entre un titular y un suplente.

¿En ese equipo que ganó la Copa América no pasaba eso?
Jugara quien jugara, la rompía. La final la jugué a la derecha porque estaban Sotil y Cubillas. Yo no jugaba para Percy sino para Perú.

Después de la final, saliste corriendo para jugar con Independiente.
Al día siguiente de la final jugué el clásico de Avellaneda, tuvieron que apagar la luz del estadio para hacer hora y esperar que yo llegue. Íbamos con Eleazar Soria. Y ese día hice un golazo. El año 75 es inolvidable.

¿Somos candidatos para ganar la Copa América?
No. Yo creo que no somos favoritos para ganar la Copa América. Perú tiene que recuperar –no estamos en el nivel de las Eliminatorias– ese fútbol que nos hizo creer que le podíamos jugar de igual a igual con cualquier equipo. Hemos perdido esa ubicación.

¿Por qué?
No ha habido ese recambio generacional.

Parece que se viene una nueva sequía de delanteros.
Se van Paolo y Farfán y no tenemos otros.

¿Pero por qué no tenemos nuevos delanteros del nivel de Pizarro, Guerrero y Farfán?
Porque nuestro fútbol interno no los produce. Y eso lo vemos en la Libertadores y la Sudamericana.

Donde nos va pésimo.
No tenemos jugadores con capacidad para reemplazar a los que se están yendo. Estamos entrando a esa crisis, que ojalá dure poco. Se tiene que contratar jugadores de afuera, pero de nivel.

¿Cuál es tu resultado para hoy con Venezuela?
Será un partido complicado, pero creo que ganamos 2-1. Espero que Paolo y ‘Cuevita’ anoten. Necesitamos que Cueva anote porque es un jugador que cuando está bien es desequilibrante.

AUTOFICHA:

“Nací el 16/9/49, tengo 69 años. Jugué en Universitario, Independiente de Argentina, regresé a Cristal, me fui a Seresien de Bélgica y volví a la ‘U’, donde me retiré en 1984. Jugué los mundiales del 78 y 82. El 70 pude haberlo jugado, pero no fui para ceder mi puesto a Del Castillo, que ya era veterano”.

“Estudié Administración y de Contabilidad hice seis ciclos, pero lo dejé porque me fui a Argentina a jugar. Ejercí la profesión en el Ministerio de Educación, en la Municipalidad de Lima, en asesorías. Y desde el año 1986 tengo la academia de fútbol”.

“Paolo Guerrero estuvo de chico en mi academia, me lo mandó ‘Caíco’ González Ganoza. Tenía seis años. Hice mis pininos para ser entrenador en un equipo profesional, pero no lo fui por mi carácter: muy explosivo, hay cosas que no consiento. Soy el menor de cinco hermanos, el único que se dedicó al fútbol”.