Londres 2012 dejó para la posteridad varias hazañas olímpicas, como los que lograron el estadounidense Michael Phelps o el jamaiquino Usain Bolt en sus respectivas disciplinas. Sin embargo, algunos deportistas destacaron no precisamente por las medallas que obtuvieron o los récords que batieron, sino por sus peculiares nombres.
Casos como el de la atleta griega de salto triple Athanasia Perra o la de su colega portuguesa Patricia Mamona –quien obtuvo la presea de plata– son de los más curiosos en la más reciente edición de los Juegos Olímpicos.
La búlgara Ivet Lalova sorprendió a todo el mundo al ganar la medalla de oro en los 100 metros planos; Valentín Verga, miembro del equipo holandés de hockey sobre césped; o los chinos Dong Dong, campeón olímpico de trampolín, y Ao Gao, integrante de la selección femenina de waterpolo, también llamaron la atención con sus peculiares nombres.
Pero el premio al nombre más singular de Londres 2012 se lo llevó el iraní Saeid Mohammadpourkarkaragh, quien dio más de un dolor de cabeza al anunciador de las pruebas de halterofilia.
