Nadia Comaneci pasó a la inmortalidad no por el número de medallas que obtuvo (9 en dos Olimpiadas), sino por alcanzar el puntaje perfecto: 10, lo que alteró al mundo de la gimnasia.
Con 14 años deslumbró en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, donde rompió todos los esquemas al lograr la máxima puntuación: 10 en siete ocasiones y ganar el oro en las disciplinas de paralelas asimétricas y de barra de equilibrio, así como en la general individual. Además, obtuvo plata por equipos y una de bronce en ejercicios de suelo. En esa época, los marcadores electrónicos solo tenían un dígito para los números enteros y dos para los decimales, por lo que se escribió un 1.00 que parecía un punto cuando, en realidad, era un 10.
En los Juegos de Moscú 1980, Comaneci no brilló mucho. Una lesión en la ciática, que le causó dolores en las piernas, le jugó en contra. Pese a todo, logró dos medallas de oro en suelo y en barra de equilibrio y dos de plata por equipos y en el concurso general.
En 1981, Nadia fue víctima de la dictadura de Nicolae Ceaucescu, quien le prohibió salir de Rumanía para competir. Esto apresuró su retiro a los 22 años. En noviembre de 1989 huyó a Austria y allí pidió asilo político a Estados Unidos, donde obtuvo la nacionalidad de ese país. Hoy sigue vinculada con el mundo de la gimnasia y se dedica a obras de caridad.