Que la historia no se repita. Eduardo Henostroza y Mauricio Henostroza fueron invitados para competir en el de la World Muaythai Federation (W.M.F.) en . El campeonato va entre el 12 y el 17 de marzo. Pero estos deportistas peruanos tienen un pie dentro y el otro fuera del torneo. La falta de apoyo podría truncar su sueño de traer medallas para el país y sería el peor golpe de sus vidas.

Eduardo es el menor de los dos, con 28 años, pero el que lleva más tiempo como peleador de thai. Comenzó desde los 16 en una pelea por ‘chongo’. Retó a un amigo que contaba con experiencia en la lona y le paró el macho. Allí supo que lo suyo eran los guantes.

Se metió a todas las escuelas que pudo para enriquecer su técnica. Mientras sus amigos preferían el fútbol, Eduardo se enamoró de la mística del muay thai. La meditación y serenidad fueron su compañía, además del respeto por el oponente. Aunque no deja de tener un espacio en su corazón por la pelota; viene de una familia hincha a muerte de Alianza Lima.

A los 18 años, en el 2009, pegó más fuerte que nunca. A punta de canillazos de fierro, se coronó como campeón nacional en el Sudamericano de muay thai, organizado en Perú. Luego se dio una pausa prolongada. Una lesión en esa misma canilla, que parece recubierta por el metal más duro del planeta, lo dejó fuera de toda competición.

En el 2014 se animó a entrenar a dos jóvenes inexpertos. Con el paso de los días, fue desarrollando un gusto paternal por la docencia. Formar, con un estilo muy sobrio, estricto y sin perder el humor, le volvió a dar sentido a su trayectoria en el thai.

Aquella experiencia, trabajando a domicilio en la terraza de una vivienda, cobrando diez soles por sesión, lo animó a expandir sus horizontes. A inicios del 2015 fundó Nak Muay Perú en un local pequeño de Chaclacayo, donde ha vivido desde siempre. Con apenas un saco de box, algunas cuantas canilleras y un par de guantes, emprendió una historia de combates ganados a pura garra.

SANGRE DE LUCHADORES

Mauricio, con 29, le lleva un año de diferencia a Eduardo, pero lo considera su “maestro”, es impresionante. Pocas veces, un hermano mayor ha agachado la cabeza ante el menor. Mauricio lo hace con gratitud y cariño por todo lo que ha aprendido. Gracias a su mentor se ha vuelto toda una promesa para el muay thai nacional.

Aunque compartía entrenamientos con su hermano, hasta el 2016 estuvo alejado del deporte. Trabajaba en Lima en tiendas por departamento, recibiendo un salario mensual, viviendo una vida fuera de sobresaltos. Cuando Eduardo abrió Nak Muay, se animó a ‘guantear’ seguido. El ritmo vertiginoso de pararse en un ring, de no saber si caes o sigues de pie luchando, le dio sentido a su vida. Allí también imparte sus conocimientos a todos los alumnos.

Peruanos clasificados al torneo en Tailandia buscan sponsors para poder viajar. (Fotos: Naoko Ivazeta)
Peruanos clasificados al torneo en Tailandia buscan sponsors para poder viajar. (Fotos: Naoko Ivazeta)

El año pasado fue de puro éxito para Mauricio. Ganó dos Warriors, torneo estelar de las peleas en el Perú, y un SIAM Figth en Barranco, competición avalada por la VMF. En Nak Muay halló su verdadera pasión y no para de entrenar todo los días para ser el más grande. Cada mañana, recorre Chaclacayo corriendo para luego llegar al nuevo local de la escuela, que se renovó hace un año gracias al ímpetu de sus profesores.

AMOR EN LA LONA

Mauricio no solo encontró el amor al muay thai en Nak Muay, sino también a Mariana. Con ella, calienta de igual a igual antes de empezar clases. Ambos se entienden a la perfección y coordinan sus movimientos con armonía.

Dice que la conoció desde antes de entrar a la escuela. Pero, cuando Mariana Vigo se inscribió, empezó a nacer el amor. Lo que más le gusta de ella “son sus codazos y patadas”. El dolor físico es lo de menos, mientras el corazón está contento.

Ya llevan varios meses juntos y ningún golpe ha sido tan fuerte como para quebrar su vínculo. Ella peleadora y él peleador, unidos por un par de guantes.

Peruanos clasificados al torneo en Tailandia buscan sponsors para poder viajar. (Fotos: Naoko Ivazeta)
Peruanos clasificados al torneo en Tailandia buscan sponsors para poder viajar. (Fotos: Naoko Ivazeta)

UN SUEÑO QUE PUEDE QUEDAR K.O.

Gracias al sacrificio de Eduardo y Mauricio, Guillermo Cóndor, representante de la VMF en el país, les hizo llegar una invitación para disputar el Mundial de muay thai en Tailandia. Junto a cinco peruanos más, forman el equipo nacional que debería estar concentrándose únicamente en traer medallas para el Perú.

La realidad es muy distinta. Una de sus principales preocupaciones es conseguir el dinero para viajar. Para estar armando maletas el 10 de marzo deberían llegar a un monto aproximado de 20 mil soles (entre los dos). Cuatro luchadores más están en las mismas condiciones, con un futuro incierto.

Para ello, buscan que sponsors depositen en ellos su confianza para financiar el vuelo y la estadía. A cambio, los hermanos Henostroza prometen volver al país con medallas en su respectivas categorías.

Los números para contactarlos son 989802487 o al 991856075. También realizarán una chuletada este sábado para obtener fondos que los ayuden a no caer a la lona antes de tiempo.

Peruanos clasificados al torneo en Tailandia buscan sponsors para poder viajar. (Fotos: Naoko Ivazeta)
Peruanos clasificados al torneo en Tailandia buscan sponsors para poder viajar. (Fotos: Naoko Ivazeta)

DATOS:

Eduardo Henostroza: Categoría 60 kg. / Récord: 15-1 / Campeón nacional en el torneo Sudamericano de muay thai en 2009 / Campeón nacional en el 2015 / Campeón de Peleas en Tailandia King's Cup en el Patong Stadium (2016).

Mauricio Henostroza: Categoría 57 kg. / Récord: 19-7 / Corona Sudamericano en el 2017 / Campeón Héroes en 2018 / Campeón Siam Fight en el 2018 / Campeón Héroes en el 2018 / Ganador del Warriors Perú vs Ecuador este 2019.