Cuando éramos niños y teníamos al frente un castillo de arena, inconscientemente sentíamos el deseo casi incontrolable de derribarlo. Y, al mismo tiempo, viajar sobre él con nuestros pequeños automóviles de juguete, sin importar nada, mientras hacíamos ruidos con la boca simulando el rugido del motor. Éramos pequeños gigantes conduciendo un carrito. Éramos felices en nuestro mundo.
Ese juego en miniatura, hoy es una realidad a gran escala, con carrosde verdad, donde las miniaturas somos nosotros. Gabriel Agosin, promotor que trae a Lima el esperado espectáculo de Monster Trucks que se presenta desde hoy en el Jockey Plaza, está convencido de que este show es para niños de todas las edades, "incluso niños de hasta 50 años", afirma con convicción.
Y es que este probablemente sea el único evento deportivo automovilístico donde se mezcla la capacidad técnica y mecánica de una poderosa máquina con la habilidad y maestría del conductor para ofrecer una actuación visualmente espectacular. Cada uno de estos camiones monstruo es un actor dentro de este escenario de arena lleno de obstáculos y carcachas esperando ser aplastadas. Cada conductor es propietario de su vehículo y lo va armando de acuerdo con sus gustos y necesidades, "esprácticamente como un hijo para ellos", dice Agosin.
La American Monster Trucks Association (AMTA) ha visto en Latinoamérica un terreno fértil para arrasar con sus máquinas y dejar impactado a un público nuevo, muy diferente al estadounidense, que ya está acostumbrado a este tipo de megaeventos. "Del público latino esperamos locura, gritos, chillidos. Amamos a la gente latinoamericana. Amamos a la gente de Lima", expresa en voz alta Rev Porchnow, presidente del AMTA, que no aparenta su edad cuando habla de su pasión por este deporte. Frente a un monster uno nunca deja de ser niño.