“El surf es muy difícil porque te dan 25 minutos para que te metas al mar y tienes que tomar las mejores decisiones que puedas en cuanto agarras la mejor ola. O debes tener la voluntad de simplemente esperar. A veces por la adrenalina tomas decisiones malas”, explica Lucas. (Rafael Cornejo/Perú21)
“El surf es muy difícil porque te dan 25 minutos para que te metas al mar y tienes que tomar las mejores decisiones que puedas en cuanto agarras la mejor ola. O debes tener la voluntad de simplemente esperar. A veces por la adrenalina tomas decisiones malas”, explica Lucas. (Rafael Cornejo/Perú21)

Cuenta la leyenda que nació en Máncora. Pero no fue así. Su madre tuvo que volver a Lima porque buscaba un lugar seguro donde dar a luz. Lucca nació a unos kilómetros de la Costa Verde, pero a los pocos meses volvió a la tierra que lo vería crecer y a las aguas que lo forjarían. Y donde su destino estaba escrito.

Un destino cuyas aguas lo llevaron a ganar la medalla de oro en los Juegos Panamericanos Lima 2019 y que, gracias a ello, tiene un pie en las Olimpiadas de Tokio 2020. En abril, en el mundial de surf, se definiría su clasificación al evento deportivo, adonde por primera vez llegará la tabla.

Lucca Mesinas ya estuvo en Japón. Precisamente, ahí fue el último mundial. Quedó tercero y logró su clasificación a Lima 2019. Parece que el destino quiere que vuelva al país asiático, donde ya ha triunfado. “Creo en el destino”, me dice el deportista, que lleva tatuada la palabra ‘fe’.

Desde la grisura limeña, describe a Máncora como un lugar sin tráfico, de sol permanente, mar caliente, comida sabrosa, olas perfectas y donde puede ir caminando de su casa a la playa.

¿Por qué tus padres migraron al norte?

Mi papá se fue al norte de muy chico. Se fue a correr tabla, cuando ni siquiera había gente que iba. Acampaba frente al mar y corría tabla todo el día. Se enamoró del lugar y conoció a mi mamá.

¿Y cómo te enamoras tú del surf?

A los 10 años tuve mi primera competencia y creo que quedé segundo. Me gustó cómo la adrenalina sube y el querer ganar siempre.

¿Pero qué tiene de especial el mar? ¿Por qué decimos que tiene cierto magnetismo?

Yo corro tabla no porque tenga que hacerlo, sino porque es un estilo de vida. El mar es increíble porque puedes estar con tus amigos, entras y te olvidas de todo.

Las olas se llevan todos los problemas.

Exacto. Solo te enfocas en el mar, en ti y en tus amigos. Incluso, puedes estar corriendo y ver a delfines o tortugas corriendo contigo. Por suerte no he visto tiburones (ríe). Sin embargo, algo que pasa con las olas en Máncora es que son de izquierda, y toda mi vida me he acostumbrado a correr hacia un lado, hacia la izquierda; en las competencias he tenido que correr hacia la derecha y no sabes cuánto me costó mejorar mi surfing hacia este lado. Hasta ahora no consigo, con la derecha, el nivel que tengo con la izquierda. Todos los días entreno con olas de derecha para tratar de nivelarlo. Es el reto de mi vida.

¿Qué ola tuviste para ganar en Lima?

De derecha. Me propuse, para Lima 2019, enseñarle al Perú que yo también soy bueno en derecha. En Punta Rocas he entrenado meses. Todos los días corría esas olas: dos horas en la mañana y dos horas en la tarde.

¿Ya estás convencido de que también eres bueno con olas de derecha?

Estoy feliz de saber que si me propongo algo, lo puedo lograr. Pero no me gusta pensar mucho en si soy oro panamericano o no. Ya gané y trato de pasar la página. Si me pongo a pensar mucho en los Panamericanos, me quedaré ahí. Me gusta pensar en lo que quiero seguir alcanzando.

¿Cuando se pierde, hay vergüenza o rabia?

Rabia, nunca vergüenza. Siempre aprendo de todo.

¿En qué fallas?

El surf es muy difícil porque te dan 25 minutos para que te metas al mar y tienes que tomar las mejores decisiones que puedas en cuanto agarras la mejor ola. O debes tener la voluntad de simplemente esperar y no ir con cualquier ola. A veces por la adrenalina tomas decisiones malas.

¿Qué pesa más en el resultado de una decisión: el mar o tú?

Los dos. Tienes que estar conectado con la ola. Eso diferencia al surf de otros deportes: no depende solo de ti, sino también del mar y cómo esté, y cómo te lleves con él. Antes de entrar al mar, le digo: “Me vas a mandar las olas en este heat”.

¿Le hablas al mar como a un dios?

Sí, pero no como a un dios, sino como si fuera mi pata.

¿Cómo se expresan los nervios en el mar?

Cuando estás dentro del agua, es como si perdieras la respiración, y ahí tienes que respirar bien, relajarte y olvidarte del resto. Por eso pasa que cuando estás en la ola, no tienes fuerzas, porque perdiste tu aire.

¿Cuando estás sobre la ola, se piensa en algo?

Sobre la ola no. Pero antes piensas en mil cosas: entre que tienes que correrla bien, que no hay que caerse, tratar de terminar bien la ola. En Lima 2019 en cada ola pensaba en eso. Corrí luego de Daniella Rosas y Piccolo Clemente, quienes ya habían ganado oro.

¿Cuando llegó la adolescencia, estuviste en una encrucijada para elegir el surf?

Mis papás eran surfers y sabían lo que yo quería. Yo elegí el surf y pensé en darme dos años para ver cómo me iba. Pero yo solo quería hacer surf todo el tiempo.

¿El surf es como una carrera profesional?

Sí. Soy tablista y, más bien, con la plata que me da, pienso invertirla en un negocio.

¿Tienes referentes nacionales en el surf?

De chico siempre admiraba a Sofía Mulanovich, a Gabriel Villarán, a Cristóbal de Col. Y ahora que soy grande, siempre compito con ellos y en mundiales. También de chico miraba películas extranjeras de tabla y veía cómo tablistas de otros países la rompían, y ahora también compito contra ellos y a veces les gano.

Tienes un tatuaje que dice ‘fe’. ¿Cuánto de fe hay en el surf?

Me lo hice en 2019. Cuando estás en competencia, a veces puedes perder la esperanza antes de que termine tu heat, o no te llegan las olas. Cuando pasa eso, miro el tatuaje para no perder la fe.

AUTOFICHA

-“Tengo 23 años. Nací en Lima y después me fui a Máncora. Terminé el colegio y comencé a viajar. Mis papás, Bruno Mesinas y Verónica Novaro, me enseñaron a correr tabla desde los 6 años. Luego ya tuve otros profesores. Mi papá a veces compite en torneos invitacionales”.

-“Me gusta jugar pichanga con mis amigos, aunque no soy tan bueno en fútbol. Trato, pero no soy bueno. Soy diestro e hincha de Universitario, pero no sigo mucho sus partidos. También me gusta ir al cine con mis amigos. No cuento las medallas que gano. Tengo varias”.

-“He corrido tabla en China. Nunca imaginé que eso iba a pasar. A los 16 años me fui a Australia para entrenar un mes en un centro de alto rendimiento. Pero las olas más perfectas del mundo están en Indonesia: tiene agua caliente y olas perfectas por todos lados, son varias islas; todos los surfers van ahí”.

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