Redacción PERÚ21

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Por Aldo Taboada

Desde el pasado 26 de julio, los peruanos caminamos por las calles con el pecho inflado de orgullo por el nivel y la calidad de la ceremonia de inauguración de los . Dos semanas después, y ad portas de su culminación, mantenemos el mismo sentimiento al ver el impecable desarrollo de las competencias.

El Comité Organizador de Lima 2019 ha reconocido en diversas ocasiones que uno de los baluartes de su éxito es la labor que desarrollan los 19 mil voluntarios con los que cuenta la competencia: jóvenes, adultos, estudiantes, profesionales, nacionales y extranjeros que se distinguen en las sedes de los juegos con su uniforme: pantalón caqui y casaca blanca con mangas amarillas.

Los voluntarios en Lima 2019 desarrollan labores en las áreas de marketing, servicio al espectador y prensa. Todos ellos recibieron capacitación previa al evento, tuvieron la ocasión de elegir una sede específica para realizar su voluntariado y han sido requeridos en las distintas disciplinas en competencia. A cambio de su labor, reciben movilidad, alimentación y cuentan con un seguro contra accidentes.

A continuación, el testimonio de 10 voluntarios que cuentan cómo han desarrollado su labor en los Juegos Panamericanos Lima 2019, que -según la Copal- para cualquier otra ciudad organizadora de juegos de esta magnitud (el próximo evento se realizará en Santiago de Chile el 2023).

Gabriela Fierro, estudiante: “De nosotros depende la imagen que damos del Perú”

“Quería ser parte de los juegos, era un reto muy grande para el país y ser parte de ello me llenó de ilusión”, señala Gabriela, de 23 años y estudiante de periodismo deportivo. “Cuando haces algo que te gusta, algunos temas como la familia o amigos quedan un poco de lado. Es una posibilidad que no siempre se presenta. No sé cuándo se volverá a realizar en el Perú un evento de esta magnitud”, añade.

“Estoy orgullosa de lo que hago, también con el grupo que tengo. No solo soy yo sino todos los que tenemos que ver con la organización del evento y somos la imagen del mismo. Cualquier cosa negativa que hagamos puede perjudicar al país”, precisa Fierro, quien solo tiene una crítica respeto a la atención a los voluntarios: “La comida fría nos chocado un poco. La organización señala que no pueden colocar microondas por higiene y teníamos que comer alimentos congelados. Fui testigo de varios ‘caídos’ por problemas estomacales, pero la cosa no pasó a mayores. En la noche es más complicado comer carne o pollo, nos dan café o bebidas calientes, pero cenar algo frío no es agradable”, señaló.

Alexa Valverde, estudiante: “Lima 2019 ayuda en mi desarrollo como profesional”

“Postulé el mismo día, antes de asistir a un concierto. Lo dejé a la suerte, fue muy gracioso, no le di mucha importancia. Grande fue mi sorpresa cuando me llegó el e-mail en el que me aceptaron para trabajar”. A sus 21 años, esta joven universitaria está a la cabeza de 35 voluntarios. “Mi labor es un poco más difícil porque debo ver los horarios de los chicos, coordinar, estar atenta a que todos los voluntarios tengan su uniforme y cumplan sus funciones”.

A pesar de su juventud, Alexa ha tenido que mostrar autoridad para que se respeten los lineamientos en los Juegos Panamericanos 2019. “Yo estaba vigilando a unos fotógrafos que estaban bastante movidos. La juez me reclamó que los mantenga en su lugar y me dijo ‘si nos tenemos que mechar con ellos, nos mechamos’”, nos cuenta con una sonora risa. “Estoy orgullosa de este trabajo, me está ayudando en mi desarrollo personal. Ser parte de un evento tan grande y ayudar para que Perú deje una buena imagen internacional es mi principal motivación”, concluye.

Joaquín Castañeda, periodista: “Pensé que encontraría un torneo desorganizado, pero fue todo lo contrario”

“Me llena de orgullo ser parte de un evento de tamaña magnitud. Escuchar el himno nacional y ver a los participantes peruanos dar su máximo esfuerzo me emociona. Creo que todos los voluntarios aportamos nuestro granito de arena para que todo funcione”, cuenta Joaquín, quien tenía pocas expectativas debido a los problemas que tuvo la organización con el avance de la infraestructura y por las críticas de algunos políticos. “Pensé que iba a ser desorganizado, por todo lo que venía pasando, con el tema de la demora de construir algunas sedes y esas cosas. Pero no. En general, todo ha marchado de manera correcta”.

A manera de anécdota contó cómo un día tuvo que trepar un techo para cumplir su labor. “Un día llegué a las 8 de la mañana y veo compañeros en la puerta donde nos tocaba colaborar. No podían entrar porque las llaves se habían quedado adentro. Nos dijeron que la única solución era entrar por el techo, pero nadie quería hacerlo. Me ofrecí a hacerlo y logré abrirla. Mis compañeros y mi jefe me felicitaron”, recordó.

Maria Katia Vidal, periodista: “Lo valioso es aportar para dejar bien puesto el nombre del Perú"

“No me importaba la labor que iba a realizar, solo me importaba ayudar para que todo salga bien. Creo que lo valioso es aportar para dejar bien puesto el nombre del Perú. No sé cuándo volveremos a organizar unos juegos como este, pero me siento orgullosa de haber formado parte”, afirma la periodista.

‘Maka’, como le dicen sus amigos, cuenta que los voluntarios tuvieron algunas dificultades al momento de realizar sus labores. “Hemos tenido problemas con algunos periodistas, incluso con falta de respeto. Creo que siempre hay que ser buena persona. Entiendo el estrés que puede generar este tipo de eventos, pero siempre debe existir respeto, ellos son nuestros invitados. Por último, la responsabilidad fue de ellos, por llegar tarde al evento”.

Javier Saldarriaga, ingeniero, profesor y empresario: “La idea es demostrar que los peruanos podemos todo"

Tiene 59 años, es ingeniero industrial, egresado de la UNI, y se enorgullece de ser voluntario en Lima 2019. “Tenía que estar aquí. Siempre me han gustado esto del voluntariado, servir y demostrar a los visitantes extranjeros que los peruanos somos personas preparadas”. Javier, quien además es profesor de idiomas, incide en las razones por las cuales quiso ser voluntario. “Estuve en los mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018 y me encantó la labor que realizaban los voluntarios. Cuando estaba en Rusia acompañando a la selección, recordé que en Lima se iban a realizar los Juegos Panamericanos y decidí que iba a ser voluntario”.

Para don Javier fue un sueño ser parte de Lima 2019, aunque reconoce que en su primer día estuvo algo desorbitado. “Recuerdo que llegué a la Videna y una señora me preguntó si ya había llegado Gladys Tejeda. Yo le dije que no sabía y le sugerí que pregunte a uno de seguridad. En ese momento, entró Gladys acompañada de su madre y rodeada de bastantes periodistas”, nos cuenta con una sonrisa. Sin embargo, la experiencia queda y para Javier Saldarriaga esta “es una forma de servir y ayudar a mi país, de contribuir a mejorar nuestra imagen internacional”.

Rodrigo Chunga, estudiante: “Depende de nosotros dejar una buena impresión”

“Me propuse mostrar una buena imagen del Perú”, cuenta este joven de 17 años, recién egresado del colegio, quien pospuso su postulación para estudiar música con la finalidad de ser voluntario. “Hay un buen ambiente para realizar tus labores y los deportistas nos agradecen todos los días por el apoyo que les brindamos”, contó orgulloso. “Depende de nosotros dejar una buena impresión”, añade.

Sin embargo, cree que la organización se pudo preocupar más por los voluntarios. “Tengo compañeros que no han sido bien ubicados. Uno viene desde Ventanilla y debe hacer su trabajo en la sede de Villa María del Triunfo. Los 10 soles que le dan de pasaje no les alcanza”.

Bruno Uceda, periodista: “Cuando estoy en los Juegos Panamericanos, siento que estoy en otro país”

“Me gustan los deportes, practico el fútbol y me gusta la esgrima y el atletismo. Siempre me imaginaba cubrir como periodista eventos sobre esos deportes”, asegura el voluntario del área de prensa. Debe preparar el orden de salida de los deportistas y estar atento al pedido de los reporteros, antes, durante y después de realizada la competencia. “Siento que estoy en otro país. Estar dentro de las instalaciones de la Videna me transporta”, nos cuenta, mientras infla el pecho de orgullo por ser parte de un evento que él mismo califica como “el segundo más importante del mundo, después de los Juegos Olímpicos”.

“Yo creía que los atletas tenían una especie de rivalidad muy marcada, pero es todo lo contrario. Fui testigo de cómo crean ellos mismos un lazo de fraternidad, amistad e incluso se apoyan en momentos difíciles. Para mí, ello es una enseñanza muy importante”.

Paola Gaxoet, estudiante mexicana: la azteca que se enamoró de Lima y del ceviche

“Antes postulé para ser voluntaria en el Mundial Rusia 2018, pero no se pudo dar. Cuando supe lo de los Juegos en Lima no lo pensé y también postulé”, recuerda esta universitaria de 20 años, residente en Ciudad de México, y con una vocación por el servicio casi innato: “Ya llené el formulario para postular como voluntaria en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 y sería muy padre que me acepten, dejaría todo para cumplir ese sueño”.

Ella tiene como meta dedicarse a la organización de eventos de gran magnitud. “Ser parte de Lima 2019 me ayuda bastante. Puedo conocer desde dentro cómo se hilvanan los procesos para coordinar un evento tan grande como este”. “Es un sacrificio, sí, pero estoy segura que vale la pena”, suelta Paola, con su característico acento azteca, y cuenta que la comida la ayudó a sentir a gusto en la capital. “Una amiga me llevó al mercado de Jesús María para almorzar y ahora que conozco he vuelto varias veces, incluso sola. Ya no tengo miedo de moverme por la ciudad”.

Patricia Blair, peruana que vive en Canadá: “Fui voluntaria en Toronto 2015 y tenía que estar en Lima 2019”

Radica en Mississauga, al oeste de Toronto, en Ontario y su historia es digna de aplauso. Ella postuló para ser voluntario, pero cuestiones familiares y la inseguridad que reina en nuestra ciudad, casi hizo desistido de participar. “Un domingo recibí la llamada del comité organizador y sentí que necesitaban voluntarios. Por ello, el martes siguiente tomé el vuelo a Lima. Fue de un momento a otro”. “Todo esto me llena de una gran emoción, aunque también tuve que hacer sacrificios”, refiere al recordar que dejó en Canadá a sus pequeños hijos de 8 y 7 años.

La administradora de 46 años no era nueva en esto de ser voluntaria. Los Juegos de Toronto 2015 fueron su primera experiencia y ahí vivió grandes momentos. “En la ceremonia de clausura, tuve el ingenio de llegar hasta la delegación peruana y entregarles una bandera. Como ellos no tenían una, me permitieron acompañarlos. Fue realmente mágico. Me tomé fotos con Gladys Tejeda y Alexandra Grande. Ellas habían ganado medallas de oro e incluso, por cosas del destino, me tocó estar en la sede donde Alexandra campeonó. Fue una emoción enorme”, recuerda la señora Blair, cuya labor en Toronto fue importante, puesto que muy pocos voluntarios hablaban bien el español y la mayoría de las delegaciones eran hispano parlantes.

Paola Cerrón Angulo, estudiante: “Son las vacaciones más productivas que he tenido”

“Fui voluntaria en el hospital Neoplásicas, pero tuve que dejarlo debido a mis estudios en la universidad. Así que cuando me enteré de Lima 2019, vi una buena oportunidad para retomar el voluntariado”, cuenta esta joven de 22 años, natural de Huancayo, Junín. “Pensé que iba a ser más sencillo pero la labor que cumplimos es muy sacrificada. Pese a eso, vale la pena y siento orgullo de lo que hago. Son las vacaciones más productivas que he tenido”.

“La experiencia que estoy obteniendo quedará para toda la vida. Es una sensación increíble cuando termina nuestra jornada de voluntariado, cuando estamos agotados y los periodistas y los deportistas nos agradecen y felicitan por el trabajo realizado. Esa satisfacción paga todo sacrificio”, sentenció.