Karina Torres, paradeportista arequipeña.
Karina Torres, paradeportista arequipeña.

Llovía. Las llantas se hundían en la tierra mojada. La resbalaba. Le caía la nieve en el rostro. Subió y bajó. Era un cerro de gran altura en la Meseta de Bombón, Cerro de Pasco. Era la carrera más alta del mundo. Y ella llegó en primer lugar. Cruzó la meta empapada y temblando de frío, pero con una sonrisa dibujada. Lo recuerda con orgullo.

Hoy entrena con una botella que llena con agua y con otra que contiene arena. También usa palos de escoba. Ligas. Y todo lo que sea necesario. Sentada en la silla de ruedas, recibe las instrucciones, desde una laptop, de sus entrenadores de básquet y . La arequipeña Karina Torres se prepara por Zoom para llegar al mundial en Dubai y a las olimpiadas de Tokio.

Pero el recuerdo que tiene de la niñez es vivir entre hospitales y su casa. Sentada o echada. Asegura que era una niña muy amargada con la vida. No le daban mayores explicaciones sobre las razones por las que no podía caminar. A los 15 años, por decisión propia, acudió a la clínica San Juan de Dios y conoció los detalles de la secuela de mielomeningocele-espina bífida que padece. “Cada carrera la veo como la vida misma”, dice la capitana de la selección nacional de desde hace 10 años.

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-¿Cómo ha logrado destacar en dos deportes?

Desde pequeña siempre fui sobreprotegida por mis papás, por mi familia, por el hecho de haber nacido con una discapacidad. Cuando acabé el colegio, conocí a la asociación Amigos para Siempre aquí en Arequipa. Hacían básquet, paratletismo, natación, etc. Ahí conocí el deporte y fue un cambio total en mi vida. Me sentía una persona limitada hasta antes de conocer el deporte, pero el deporte me cambió la vida, me sentí más segura. El deporte ha hecho que tenga estos logros. Con el deporte dejé de sentirme una persona limitada. Me hizo sentir que tengo todas las capacidades. Cuando estoy sentada en mi silla deportiva, es como si no tuviera ninguna discapacidad. Eso me hace sentir el deporte.

-¿Le tuvo miedo al deporte?

Bastante. Incluso, en el colegio estaba exonerada del curso de educación física, porque lamentablemente en el Perú no es como en otros países que el paradeporte está incluido en la educación a nivel nacional. Usan la palabra “cuidarnos” pero nos limitan, sean profesores o padres. El deporte hace que la persona con discapacidad sea incluida en la sociedad. Ojalá que con el tiempo nuestro país tome ese ejemplo; y nosotros mismos como deportistas que somos podamos ayudar a ser una sociedad más inclusiva.

-¿Qué otras piedras en el camino ha tenido que sortear?

Antes pensaba que mi discapacidad era un castigo. Ahora tengo claro que es una condición de vida que cualquiera lo puede tener. Es cuestión de uno mismo avanzar y salir de cualquier problema que tengamos. Yo ahora me siento una persona realizada. La discapacidad física no me impide hacer las cosas que yo quiero hacer. Es una gran barrera que he superado: asimilar mi discapacidad, a pesar de haber vivido casi la mitad de mi vida pensando de que no era capaz.

-¿Hoy a qué le tiene miedo?

Tengo un hijo de cuatro años y quiero ser un ejemplo para él. Por la situación que vivimos, tengo temor a no poder mantenerlo. A pesar de ser deportista y tener muchos logros, lamentablemente no contamos con un trabajo. Yo perdí mi trabajo con la pandemia. Mi esposo también es deportista con discapacidad y contador. Él también perdió su trabajo; en octubre lo contrataron pero en diciembre se acabó el trabajo. No tenemos estabilidad laboral.

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-¿Qué cree que debe mejorar para que haya una inclusión plena de las personas con discapacidad?

Las leyes están; lamentablemente, no se cumplen. Pero más allá de las leyes, está cómo tratas a una persona, lo que viene de casa, desde niño. Si a un niño se le enseña a entender cuál es la condición de una persona con discapacidad, será más cordial y logrará una sociedad más inclusiva. Hay que enseñarles que la discapacidad no es para burlarse, ni que se exagera o verlo como algo extraño.

-¿Competitivamente hablando cómo estamos en relación con el básquet sobre silla de ruedas y el paratletismo?

En lo que es básquet, como primera selección que nos formamos en 2010, hemos avanzado bastante. En el 2013 le quitamos el cupo a Argentina, que después de Brasil es un equipo fuerte y con bastante apoyo. Llegamos al mundial y estuvimos a un paso de clasificar a las paraolimpiadas en Brasil. Entonces, ahorita estamos detrás de Brasil y Argentina.

-¿Y en el caso de paratletismo?

Es muy variado al ser individual. Pero el paratletismo ha traído muchas medallas. En Lima 2019 fue el paradeporte con más medallas. En los parapanamericanos fui con baloncesto, pero no nos fue bien, en nuestra primera ronda nos tocó jugar contra Brasil y EE.UU., que son potencias.

-¿Qué suele decir la capitana antes de empezar un partido?

Antes de entrar a la cancha, nos agarramos de las manos y decimos a darlo todo, a jugar con el corazón, a pesar de todo. Hay que ponerle corazón y coraje, incluso si nos caemos de las sillas o con algún brazo lesionado. Seguimos hasta el último segundo.

-¿Corazón y coraje han sido las claves para que salga adelante en la vida?

A toda adversidad que se me ha presentado le he puesto corazón y coraje. Para llegar a la selección tuve que entrenar muchísimo. Tuve muchas torceduras de dedos, golpes, caídas de sillas o mi silla se rompía, o no teníamos sillas y estábamos tocando la puerta de instituciones acá en Arequipa. Son muy pocas las puertas que se abren. Estoy agradecida eternamente con la empresa Yura porque fue la primera que me abrió las puertas y que me apoya actualmente. Es esencial que la empresa privada o pública puedan apoyarnos. Me siento más fuerte para salir adelante. Mi familia y la fe en Dios me dan fuerzas.

-Sus padres son de Puno y usted de Arequipa. ¿Tiene la fuerza del Titicaca o del Misti?

(Risas). La fuerza de todo el país.

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AUTOFICHA:

- “Soy Karina Luisa Torres Mendoza. Nací en Arequipa, tengo 32 años. Mis padres son de Juliaca. Ellos migraron a Arequipa hace 40 años. Acabé el colegio y estudié Administración. Actualmente, estudio inglés para fortalecer mi carrera y tener mejores oportunidades”.

- “Desde que comencé con la selección, en el 2011 estuve en Guadalajara, México; en el 2013 nos fuimos a Guatemala, a El Salvador, Costa Rica; en el 2015 estuvimos en Canadá, tanto en el mundial como en los parapanamericanos. También hemos estado en Chile”.

- “Para este 2021, ojalá se acabe la pandemia. En lo deportivo poder cumplir mi sueño de clasificar a las próximas olimpiadas de Tokio, en paratletismo; y lograr el cupo para el mundial en Dubai, en básquet. Y como familia, quiero ser mejor madre, esposa, hija y amiga. Mi hijito se llama Josué y tiene 4 añitos”.

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