Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Carlos Bernuy Florescbernuy@peru21.com

La selección peruana de fútbol es menos popular. No lo digo por el cariño que despierta o la pasión que puede envolver, porque eso es algo que nace dentro de. No lo menciono tampoco por el carisma que puedan tener Guerrero, Pizarro, Vargas y compañía cuando se trata de firmar algunos autógrafos. La palabra popular enfoca esta vez a lo accesible de ver en vivo a un equipo que empieza a no ser de todos.

No se puede poner como excusas la reventa, el diseño del estadio, el concepto de una eliminatoria o a las 'estrellas' peruanas. Nada puede justificar pagar 50 soles por una entrada que ha dejado de llamarse popular, para encasillarse dentro de los lujos que poca gente puede darse. Porque para mucha gente es realmente un lujo gastar casi el 10% de un sueldo mínimo solo para ver un duelo de la blanquirroja.

Sorprende que Chile, Bolivia, Ecuador y hasta Uruguay hayan tenido, y algunos sigan teniendo, entradas populares para los aficionados. En cambio, en nuestro país la selección parece haberse vuelto un negocio. Cada vez el hincha de las zonas pobres está más lejos de ver una eliminatoria. Ese hincha que canta, grita, y al que parecen haberla dado con la puerta en la cara.

Cuesta entender también Oriente más de S/.100, Occidente a S/.300, los palcos casi al nivel del cielo (S/.6 mil). Si bien es cierto que hay personas que pueden pagarlos, cada vez se pone la valla más alta para siquiera asistir a Oriente. Es muy probable que el Nacional se llene ante Colombia y olvidaremos pronto que mucha gente se quedó con las ganas de ir.

Cuando repiten (hasta el cansancio en las transmisiones deportivas) el comercial que dice "cuando juega Perú, jugamos todos", uno ya empieza a dudar, sobre todo con estos precios. Porque si jugáramos todos, todos tendríamos la chance de poder meter la mano al bolsillo y luchar, haciendo largas colas, por un boleto. Ojalá que se medite en la Videna este tema.

Un estadio lleno no siempre garantiza aliento. Un poco más de dinero no entrega felicidad. Pero un poco más de criterio, sí beneficia a un pueblo que empieza a ver a su selección de lejos. No solo por el octavo lugar en la eliminatoria, sino porque para ver en vivo a jugadores, que hoy siguen en deuda, hay que pagar 50 soles. Un billete que empieza a hacer la diferencia entre ser popular y no.