“Este no es un trabajo (limpieza pública) que esté bien visto en términos generales. Ha sido duro realmente. Aún lo sigo sobrellevando”. (Hugo Pérez/GEC)

jorge García Vegazo, deportista calificado de levantamiento de pesas, tres medallas de oro, y trabaja en limpieza pública. 
Hugo Perez/Grupo El Comercio
“Este no es un trabajo (limpieza pública) que esté bien visto en términos generales. Ha sido duro realmente. Aún lo sigo sobrellevando”. (Hugo Pérez/GEC) jorge García Vegazo, deportista calificado de levantamiento de pesas, tres medallas de oro, y trabaja en limpieza pública. Hugo Perez/Grupo El Comercio

En el cruce de las avenidas Bertello y Alborada, en el Cercado de Lima, a partir de las 8 de la mañana, un trabajador de limpieza pública de la empresa Innova Ambiental comienza la jornada laboral de diez horas. Ahí está él, con el recogedor, una escoba y un pequeño carrito móvil.

Jorge García Vegazo, de 29 años, agradece el día con una sonrisa. Nadie sabe que detrás de su uniforme se esconde un campeón de pesas a nivel nacional. Su historia es más que inspiradora, pero a veces lo duda. Es reconocido como un deportista calificado de levantamiento de pesas por el Instituto Peruano del Deporte. Posee tres medallas de oro, la última la ganó en el Campeonato Nacional de Levantamiento de Pesas, este año, en la categoría de 61 kilogramos. Cuando le pregunto cómo ha llegado tan lejos, me responde: “A base de perseverancia y esfuerzo, pero siempre va a estar el miedo”.

Jorge vive en La Victoria, su madre es costurera y su padre carpintero; a ambos les agradece su apoyo infinito. “Siempre me dieron lo mejor que pudieron”, afirma. No tuvo la oportunidad de terminar de estudiar una carrera profesional como sus padres habrían querido; sin embargo, hoy tiene la posibilidad de hacerlo. Quiere convertirse en administrador de empresas, carrera que iniciará el próximo año. “Todo se puede si de verdad lo deseas”, me dice. Pero el objetivo más grande para él es representar al Perú en un certamen internacional. Desde que empezó en este deporte, a los 11 años, ha soñado con este proyecto. Para él, esto no es inalcanzable; al contrario, se ha preparado durante años para llegar hasta donde está.

Su día comienza a las 5 de la mañana. Se prepara con ejercicios y dietas especiales. Luego coge su uniforme y se va a trabajar. Sabe que es un ejemplo para su hijo de 8 años.

¿Pensaste alguna vez ganar una medalla de oro como deportista?

No lo he pensado, pero sí, de pequeño, recuerdo que me gustaba el deporte en general. Me gustaba el fútbol también pero más las pesas. No es fácil aprender, son distintas técnicas, que si no las haces bien, te lesionas. Mi rutina es el arranque, no todos los días son iguales, se basa en programaciones, hay mucho trabajo de cuerpo.

¿Te has lesionado alguna vez?

Sí, estaba en plena competencia, tenía que cargar más de cien kilos y me corté la mano. Tenía que seguir y gracias a Dios gané. Recuerdo que terminé ensangrentado y adolorido, pero lo logré. Siempre soñé con ser deportista. Estaba recordando algunas cosas y, cuando era niño, tenía la peculiaridad de hacer trabajos pesados; por ejemplo, cuando tenía que subir alguna loma, le ponía piedras a la mochila, siempre me gustó cargar peso.

¿A qué edad fue tu primer contacto con las pesas?

A los 11 años. Mi colegio era un colegio deportivo y te seleccionaban en diferentes deportes. A mí me seleccionaron en pesas. Recuerdo que empecé con un palo de escoba, luego una varilla. Empezaron a enseñarme la técnica y yo veía cómo los demás chicos levantaban pesas de 100 kilos, 120 kilos, y decía: ¡Wow!, algún día lo haré. Por ahí empezó.

¿Cómo llegas a concursar?

Gracias a mi colegio. Todo empezó en el Centro Deportivo Experimental-CEDE, así se llamaba mi colegio. Ahí gané mi primera medalla a los 11 años, en un torneo del IPD. Luego al siguiente año gané más medallas y a los 13 me llevaron a competir para el campeonato nacional sub-15 y lo gané, fue una experiencia inolvidable.

¿Cuántas medallas tienes?

Desde que comencé a competir (piensa) creo que tengo más de diez medallas (risas). Ya perdí la cuenta, pero tres de ellas son de oro. Creo que todo es perseverancia y constancia. No hay imposibles de lograr en esta vida. Gracias al trabajo que tengo, puedo continuar entrenando y, si todo sale bien, el próximo año espero comenzar la carrera de Administración en la universidad. Luego con esa herramienta podré ingresar al área de Recursos Humanos de la empresa donde trabajo ahora.

¿Terminaste el colegio y qué hiciste?

Postulé a la Universidad César Vallejo, a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, pero no pude terminar porque mis papás no pudieron pagar la universidad, se les complicó. Yo estaba tratando de buscar una beca como deportista para poder representar a la universidad y así pagar la carrera. Demoraron los trámites, mis papás se quedaron sin dinero y me tuve que poner a trabajar. Dejé la carrera.

¿En qué has trabajado?

He trabajado de todo; de seguridad, el trabajo era de 12 horas y me pagaban 900 soles, no encontraba horarios para adecuarlos a la universidad. No había tanta facilidad online como ahora. Recuerdo que a veces lloraba, porque quería estudiar y no podía, era la impotencia que sentía. Ha pasado bastante tiempo desde entonces. También he trabajado vendiendo polos y siendo carpintero. He hecho de todo. Luego vino la pandemia y trabajé como profesor, personal trainer y un tiempo en la federación como preparador físico para mujeres.

¿Cómo llegas a tu trabajo actual?

Llegué a este trabajo porque de alguna manera se adecua a mis tiempos. Aunque, para ser sincero, este no es un trabajo que esté bien visto en términos generales; ha sido duro realmente. Lo sigo sobrellevando. A veces pasa que las personas miran y hablan por lo que hago. A mí me gusta mi trabajo, pero mi idea es crecer profesionalmente, eso es lo que estoy buscando.

¿Cómo te ves de aquí a cinco años?

Todo sacrificio tiene su recompensa. Quiero representar a mi país en un torneo internacional. Mi sueño es ingresar a la selección peruana de pesas.



AUTOFICHA

“Mi nombre es Jorge, les quiero contar que desde muy pequeño supe que quería ser un gran deportista y hasta ahora no me he rendido. Tengo una rutina para ello: hago ejercicios, me programo todos los días y hago bicicleta, cubro tramos pequeños de un kilómetro”.

“Tengo un hijo de 8 años. Le gustan los deportes de contacto, sobre todo el karate. Le trato de enseñar que haga lo que le guste, que si le gusta el karate y no las pesas, que haga karate. Si quiere correr, que corra, yo lo acompaño. Quiero enseñarle valores”.

“Mi consejo para los jóvenes deportistas es que deben ser perseverantes en todo lo que quieran conseguir. La perseverancia es lo que los llevará a conseguir sus metas, porque todo en esta vida es posible. Para mí el deporte fue lo mejor que me pasó en la vida y, gracias a él, aprendí lo que es la disciplina”.


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