Leao Butrón, gerente de academias y franquicias en Alianza Lima (Foto: Perú21)
Leao Butrón, gerente de academias y franquicias en Alianza Lima (Foto: Perú21)

Firme y seguro como portero de equipo grande, aparece en la pantalla de Zoom, listo y atento para atajar cualquier pregunta, bajarla y salir jugando. Firme y seguro, como cuando escuchó que íbamos a hablar del fatídico 2020, el año del descenso de , y no dudó: “Como gustes”.

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En 2020, el plantel tenía seis capitanes, pero en la última parte del torneo no se vio el liderazgo de ninguno…

Yo creo que más que liderazgo a nosotros nos faltó gente. Todos dicen: “Alianza armó un equipazo en 2020 y les pasó eso”, pero no se acuerdan que, a mitad de año, se nos fueron ocho jugadores. Ni el líder más líder del mundo hubiera cambiado eso, pero siempre van a buscar culpables. Nadie se acuerda que hubo como cuatro partidos que solo salimos con 16 jugadores. Por suerte, la informalidad de nuestro fútbol impidió que se consumara el jugar en la Segunda División. Todos piensan que yo jugué todo el 2020, pero solo estuve en la Libertadores y en los últimos cuatro partidos. En el torneo local, yo no jugaba.


Este es el plantel de Alianza Lima que fue presentado a inicios de año en la 'Noche Blanquiazul'. (Foto: Club Alianza Lima)
Este es el plantel de Alianza Lima que fue presentado a inicios de año en la 'Noche Blanquiazul'. (Foto: Club Alianza Lima)


¿Qué cambiarías de ese año?

Si manteníamos nuestro equipo a mitad de año, estoy seguro de que no peleábamos ahí (la baja). Se fueron Rodríguez, Balboa, Fuentes, Aguiar y, encima, el que se contagiaba (de COVID) no jugaba. Entonces, fue un golpe duro, pero lo que yo hubiera cambiado habría sido reforzar al plantel con jugadores de Alianza Lima que estaban en otros equipos.


¿Qué le dirías al Leao Butrón del 2020?

Me sentí muy triste cuando pasó eso. Sentí que cargué un peso inmenso, pero ahora creo que tuve tanta responsabilidad como cualquier otra persona. O sea, en su momento, yo me creí el cuento de que era más responsable de los demás de lo que pasó, pero ahora de ninguna manera, y el que quiera creer eso que lo crea, no me interesa. En ese aspecto, ¿qué me diría? Que me sienta tranquilo, porque siempre fui un profesional. Por eso duré tanto, porque me cuidé al máximo: mi estado físico del 2020 fue el mejor de los últimos 10 años. Me puse en mi peso, estaba todo bien, pero así es el fútbol, como la vida.



Contigo como referente máximo del club, ¿sientes que la gente cargó contra ti?

Sí. Un grupo indujo a la gente y comenzó a disparar a todos lados y muchos creyeron eso, pero yo guardé silencio, nunca dije nada. Pensé: “Mejor me quedo callado y que el tiempo ponga todo en su lugar”. Pasó un año y no dije nada. Pasaron dos y ahora estoy trabajando en el club y siento el cariño y el respeto de la gente cuando voy al estadio y este grupo sigue siendo el mismo que no suma.


¿Te refieres a Comando Sur?

Comando Sur es algo grande, que está en todo el Perú. No son cuatro, diez o quince tipos. Hay un grupito que los tengo identificados y que impulsaron ese tema (de desprestigio), pero creo que la gente ya se ha dado cuenta de cómo son.



Quitando el 2020, ¿hubieras sido considerado como un ídolo en Alianza Lima?

Nunca consideré que fuera ídolo porque soy hincha y, al serlo, me veía muy lejos de Ganoza, Cueto, Cubillas, Velázquez por respeto. Sin embargo, de 10 personas que me cruzo en la calle, nueve me dicen ídolo y el décimo me abraza. Me quedo con eso: no puedo decir que soy ídolo porque soy hincha y he visto a mis ídolos arriba, pero la gente me reconoce como aliancista y eso es suficiente.


¿Cómo llegaste a ser el gerente de academias y franquicias de Alianza Lima?

El año pasado me llamó Fernando Salazar, y me propuso algunas cosas. Yo trabajo en esto hace 14 años y me preparé en gestión deportiva en los últimos cuatro: estudié gestión de deportes, gerencia deportiva y administración del deporte. De profesión, soy administrador de negocios internacionales.



¿Desde qué lado sientes que le sumas a Alianza Lima?

Mi labor es potenciar las academias y hacer crecer la marca, generar más escuelas a nivel nacional; hemos crecido alrededor de 15%. Tenemos que mejorar, pero mi trabajo es intentar que quien use la marca Alianza Lima respete el nivel de la escuela.


¿Qué quiere ser Leao de grande?

Dejar algo, primero a mi club y después a mi país, que yo pueda decir: “Esa área está así porque Leao trabajó ahí”. Quiero trascender: primero en Alianza y de ahí, lógicamente, en la federación; adentro hay mucha gente valiosa y hay otra que no lo es.


¿Hasta dónde quieres llegar?

Si yo respondo eso, estaría usurpando mentalmente la posición de otra persona (risas). Quiero estar en Alianza hasta la posición que ellos digan que puedo aportar. Me gusta mucho trabajar con las divisiones menores.


¿Te ves como presidente de Alianza Lima?

Yo creo que si adquiero todas las habilidades que, por ejemplo, tiene Fernando, que es un gran administrador, y puedo aportar a Alianza, sería el sueño de cualquier hincha que se ha preparado para estar ahí, porque hay que estarlo. Es decir, tú no puedes ser presidente de un club solo porque has jugado. Tienes que ser presidente porque te has preparado, tienes experiencia y porque vas a aportar al club, no por el simple hecho de haber jugado y ya está.


También te ves en la federación.

Sí. Me gustaría ser presidente de la federación, sin lugar a dudas. En la federación hay muchas cosas que hacer y también hay mucha gente capacitada, como García-Pye, Juan Carlos Oblitas, Chemo del Solar o Pablo Zegarra en la parte deportiva. Creo que hay mucha gente muy buena, pero hay que cerrar el círculo y hacer que la federación esté al nivel que debe estar.


Autoficha:

“Me llamo Leao Butrón Gotuzzo, pero, siempre que me paran en la calle para saludarme, me abrazan y me dicen ‘San Leao’. Tengo 46 y fui futbolista profesional por 24 años. Debuté con Sporting Cristal en 1997, jugué por Alianza Atlético, San Martín, Melgar y, en 2020, me retiré”.

“Me desempeño como gerente de academias y franquicias en Alianza Lima y mi labor es promocionar y potenciar la marca del club para que se abran más escuelas a nivel nacional, pero siempre manteniendo la calidad en cada una de sus sedes”.

“A veces trabajo desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche y otras veces no tanto, pero todo es por mi familia, por mis dos hijas. A pesar de no haber respondido como debería, estoy agradecido con Dios por las cosas que he logrado y no hablo de lo material, sino de la familia”.


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