Tras unos segundos de charla, el árbitro Esteban Ostojich hizo sonar su silbato y todo quedó listo para la ejecución de Luis Suárez. El futbolista, que vino desde el Atlético Madrid, decidió disparar hacia el poste derecho del guardameta, a media altura, con violencia, confiando en que sería suficiente para inflar las redes.