Tras las evidentes protestas, Kai Havertz tomó la pelota para colocarla sobre el punto blanco. De inmediato, el árbitro hizo sonar el silbato para que el atacante alemán, con mucha frialdad, remate sobre el poste derecho, mientras que el guardameta Weverton eligió el lado contrario. Así, Chelsea consiguió el 2-1 para levantar el título del Mundial de Clubes.