Su última víctima, el Chelsea, sucumbió a la voracidad del delantero portugués, que aprovechó un pase por encima de la defensa de Nemanja Matic para fusilar sin piedad a Édouard Mendy. Cristiano, después de catorce años, volvió a marcar un gol al Chelsea. Antes, sólo le había hecho uno, en la final de la Liga de Campeones de 2008.