FÓRMULA 1: MIAMI TRASCENDENTAL

La semana previa al Gran Premio de Miami trajo consigo acontecimientos que, de seguro, marcarán un antes y un después en el mundo de la F1.
La semana previa al Gran Premio de Miami trajo consigo acontecimientos que, de seguro, marcarán un antes y un después en el mundo de la F1.

enmendó un viernes ‘desprolijo’ para sus estándares: incluso con un par de errores, le alcanzó para clasificarse primero al sprint del sábado. El tricampeón mundial se impuso en la carrera corta, al igual que en la ‘Qualy’, y hoy, largará en frente de Leclerc y Sainz.

Más allá de unos Ferraris con retoques azules y unos Aston Martin inusualmente lentos, las pruebas previas a la carrera de hoy prevén, a simple vista, un fin de semana parecido a los cinco anteriores: el Red Bull número 1 adelante, y la ‘Scuderia’ y McLaren pugnando los primeros puestos con ‘Checo’ Pérez. Sin embargo, no cometa el error de pensar que este será un Gran Premio cualquiera.

Para empezar, el circuito ha sido reasfaltado -lo cual significa que el agarre no será el mejor-, las temperaturas en pista rondarán los 60°C, y hay una cierta posibilidad de lluvia para los pasajes finales de la carrera. Estos ingredientes sazonan el GP, aportando un factor de impredictibilidad, pero, pese a poder haber pasado inadvertidos, la pimienta y el ají comenzaron a cocinarse desde los primeros días de la semana.

La prensa española arrancó rumoreando que Carlos Sainz, quien le dejará su asiento en Ferrari a Lewis Hamilton a partir del próximo año, había dado por concluido cualquier tipo de conversación con Audi, marca que ingresará a la categoría a partir de 2026. Fue el mismo madrileño quien tuvo que salir a desmentir todo, en lo que supondría una maniobra que le permita no quemar sus chances futuras ni descartar a nadie.

Sin embargo, la auténtica bomba para los locos que siguen este deporte fue la que soltó Adrian Newey, ingeniero británico que se marchará de Red Bull a fin de año. Algunos podrían preguntarse por qué debería importarme la suerte de un hombre de escritorio, lejano a la idolatría de los niños y a las franquicias de videojuegos.

Pues porque el tipo está astronómicamente lejos de ser poca cosa. La F1 es una disciplina en la que el desempeño humano es igual de crucial que el de las máquinas que los atletas doman… y Newey es, ciertamente, el equivalente a un genio renacentista en cuanto al diseño de monoplazas.

Fue responsable de 14 autos campeones del mundo, pasando por Williams y McLaren, además de los Red Bulls invencibles de Sebastian Vettel y de los más recientes, que cortaron la hegemonía de Hamilton, y que hoy usa Verstappen para batir cualquier récord se encuentre por delante.

A partir del próximo año, el aerodinamista se enfocará en proyectos de Endurance, pero no es secreto que Ferrari, Mercedes Benz, Aston Martin y Williams ya intentan contactarlo.

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Todo esto sucedía tan solo unos días después del trigésimo aniversario del fallecimiento de Ayrton Senna. El tricampeón mundial y, según escépticos y creyentes, uno de los mejores (si es que no, el mejor) de todos los tiempos, perdió la vida un 1 de mayo de 1994, tras despistarse de la curva de Tamburello en el GP de San Marino.

Para hacerse una idea de su grandeza, solo basta ‘googlear’ el funeral del brasileño: los de Pelé y Maradona tuvieron que usarlo de referencia. Es preciso retornar a la actualidad de esta semana, aunque no era posible dejar de recordar a la leyenda.

EL JUEGO DE LOS ASIENTOS

Volviendo al presente y mirando al futuro, ¿por qué es relevante quién va a dónde? Porque el éxito en Fórmula 1 consiste en conseguirle un asiento al piloto indicado en el auto más rápido, en el momento preciso. Así, como cada escudería está en busca de los mejores talentos, estos (un puñado de dotados por generación) mueven sus fichas de la forma más astuta posible para encontrar un equipo ganador.

Por otra parte, el factor temporal se manifiesta con los cambios reglamentarios. Cada temporada la FIA (ente rector del automovilismo) cambia las reglas de juego para incentivar la competencia, y cada tantos años introduce modificaciones sustanciales a los reglamentos, brindando una oportunidad de oro a quien mejor los interprete y ejecute.

El último ejemplo del citado trinomio es el de Max Verstappen; el Red Bull diseñado por Adrian Newey (y una orquesta de genios de la ingeniería que vale mencionar); y el cambio de reglamento de 2022, que marcó el inicio de la imbatibilidad del equipo austriaco.

Las últimas movidas, como la de Hamilton a Ferrari, la renovación de Alonso en Aston Martin, el incierto futuro de Sainz y la aún no confirmada continuidad de Verstappen en Red Bull -se sabe que Mercedes coquetea con el holandés-, coinciden, justamente, con un radical cambio normativo a introducirse en 2026: los motores turbo-híbridos propulsados por combustible totalmente sostenible, y la reducción de tamaño y peso de los autos no solo atrajeron a Audi a la F1, sino que agitaron estruendosamente el gallinero.

Hoy, minutos antes de la largada (3 p.m.), tenga por seguro que más de una duda pasará por la cabeza de Verstappen, Sainz, Hamilton y compañía. La Fórmula 1 no perdona ni la más mínima decisión mal dirigida, y estos adictos a la adrenalina, la competencia y la velocidad lo tienen clarísimo.

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