Aunque no me gustaba admitirlo frente a Jaime, me volaba la cabeza la manera de jugar del número 8 y luego 24. No solamente era una maestro filtrando pases imposibles entre las torres de sus oponentes, también penetraba hasta el aro con fuerza y elegancia. Era un gran anotador, de tres y dos puntos. Hasta ahora, su nombre aparece en la lista de los basquetbolistas con más puntos en la historia, siendo el cuarto, un escalón menos que LeBron.