Redacción PERÚ21

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"Eres un maricón", le gritó Benny Paret a su oponente Emile Griffith, mirándolo a los ojos y tocándole el trasero, acto que generó las risas de los presentes en el pesaje previo a su pelea.

A pesar que Griffith se sintió ofendido, decidió guardarse para la pelea. "Tranquilo. Espera a mañana", le aconsejó su entrenador Gil Clancy.

Durante gran parte de su carrera como boxeador, los rumores sobre su sexualidad persiguieron a Griffith, quien antes de ser púgil se dedicaba a la industria textil.

Sin embargo, aquel 24 de marzo de 1962, algo cambió. El Madison Square Garden explotaba de espectadores en y la cadena ABC transmitía las imágenes de aquel combate.

"Cuando vuelvas a la pelea, quiero que no dejes de pegarle hasta que caiga sobre tu hombro o el árbitro te frene. Sigue pegando hasta que te paren", le indicó Clancy tras terminar el sexto asalto.

Recién en el séptimo round, Griffith, cargado de una ira descomunal, logró marcar una notable superioridad. 29 golpes seguidos. 18 de ellos en seis segundos, de los cuales, en los últimos cuatro, Paret ya no ofrecía respuesta alguna.

Rudy Goldstein, árbitro de aquel combate, detuvo la masacre en el decimosegundo round. Paret cayó sin reacción sobre la lona y fue retirado inconsciente al hospital Roosevelt de Manhattan.

Tras diez días internado, Benny Paret, quien nunca salió de coma, falleció por una hemorragia cerebral masiva

SU DESCARGO

"Me cansé de que me llamara marica. Yo no quería matar a Paret, pero lo que me dijo me afectó. Sigo preguntándome lo extraño que es todo esto. Maté a un hombre, y la mayoría lo entiende y me perdona. Sin embargo, amo a un hombre y esa misma gente lo considera un pecado imperdonable", señaló Griffith The New York Times, años después.