Nunca fui fan de Ricardo Gareca, porque antes de 2015 solo había ganado un puñado de torneos cortos y uno o dos títulos y, después de 2022, absolutamente nada. Pero es imposible negar que, en la Selección Peruana, encontró su lugar.
Al mando de la bicolor logró ir al Mundial que le negaron como jugador y rozar la gloria en una final continental; un ciclo que, por momentos, se le acuñó al gran momento de Paolo Guerrero; luego, al liderazgo de Jefferson Farfán; después, al ‘chocolate’ 100% puro de Christian Cueva; y hasta al timing de Yoshimar Yotún.
Cada cierto tiempo se escuchaba entre las cabinas de transmisión, en los programas de televisión, en las gradas, en las calles y en las casas que, “si X está bien, la bicolor gana”. El nombre de “X” cambiaba cada cierto tiempo, según el momento de cada uno, pero todos (o casi todos) esos nombres acabaron desapareciendo.
Y al ‘Tigre’ lo obligaron a irse y la Selección Peruana se quedó sin heredero. Uno de ellos se retiró para salvar su rodilla, su mejor amigo resistió y volvió a su Alianza Lima, otro se lesionó y casi se le descuelga media pierna y el más habilidoso de ellos simplemente se perdió entre los escándalos, las denuncias, los programas de espectáculos, el show, la música, la cebada y un nuevo amor.
Perú intentó con otros dos entrenadores, pero fue de mal a peor: eligió a dos que no tenían nada que ver con el juego, el estilo ni el apasionamiento del anterior, que tan lejos llegó. Como si todo lo avanzado hubiese sido un error. Perú perdió hasta hoy.
Yo no sé si Óscar Ibáñez gane su segundo partido hoy o no, yo no sé si en septiembre lamente su despido o celebre la clasificación, yo no sé si el próximo año dirija por primera vez en una Copa del Mundo u otra vez en Segunda División. Yo no lo sé. Pero lo que sí sé es que el ‘profe’ hizo la simple y siguió el trabajo del ‘Tigre’, justo lo que sus dos antecesores despreciaron, él lo revivió.
El expreparador de arqueros y hoy técnico eliminó la línea de tres y volvió a la de cuatro, convenció de regresar a los experimentados, los ubicó como vienen destacando en sus clubes y los soltó. Por ahora, está haciendo la tarea, confirmando que es el verdadero heredero de Gareca.
Felipe Quelopana, brasileño de nacimiento, es comentarista de deportes en Perú21.
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