Redacción PERÚ21

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Como jugador fue aguerrido, con mucho carácter y muy laborioso, valores que lo llevaron a ser el capitán de la que levantó la Copa del Mundo en 1998 y que hoy, ad portas de cumplir 50, lo han conducido al sueño de repetir la hazaña como técnico ‘Blue’, cargo en que ya lleva seis años.

, quien de niño veía más su futuro en el rugby que en el fútbol, nunca imaginó en 2003, cuando ganó su primer título como técnico al frente del Mónaco, que 15 años después, estaría en la cima del mundo gracias a aquellas características que tuvo como jugador y que supo trasladar a sus pupilos.

“Así era yo de jugador y no voy a cambiar ahora de técnico. Sin tener un espíritu fuerte, un equipo no puede tener buenos resultados a nivel internacional”, expresó el DT nacido en Bayona, Francia, previo al Mundial.

Y así, volvió a levantar la Copa.