Emergencia. El fútbol peruano agoniza y todos miran al techo. (USI)
Emergencia. El fútbol peruano agoniza y todos miran al techo. (USI)

Redacción PERÚ21

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Carlos Bernuycbernuy@peru21.com

Nuestro fútbol está agonizando. , clubes en Sunat e Indecopi, ollas comunes, juveniles sacrificados. Hoy dicen que en unos días tendremos la segunda fecha del torneo. Es decir, no curamos la herida, solo la cubrimos una vez más y olvidamos que la infección queda por dentro y se expandirá. , la Agremiación dice ya tiene convenios firmados, los jugadores que desean jugar y la gente asistir a los estadios. Todo eso quizás suceda, pero el problema sigue latiendo. A menos que hagamos algo. Como asumir responsabilidades.

La FPF debería entender que el fútbol peruano no va a progresar solo con videnas sin acceso al público, o con organizaciones de mundiales y copas américa en las que solo somos 'convidados de piedra'. Manuel Burga es insultado hasta por su espejo y decide continuar en el cargo. Ya ustedes, amigos lectores, sacarán sus conclusiones sobre si el 'Doc' desea seguir para cambiar al fútbol peruano o por otra razón que la imaginación invente.

Tenemos una Copa Perú desordenada con árbitros que pueden morir en un partido, una selección que perdona y perdona a indisciplinados, un torneo con bases aprobadas por algunos y desaprobadas por otros. La Federación debería realmente trabajar, es decir, reestructurar el fútbol peruano de manera inmediata. Sentarse con gente de marketing, directivos de otros países o a quien se le pueda pedir ayuda para salir de este agujero negro.

En la Asociación de Fútbol las cosas no son diferentes. Luis De Souza puede tener buena voluntad pero sus reacciones violentas no ayudan a nadie. La intransigencia no convertirá a la Asociación en dueña del fútbol peruano, más bien son ellos los encargados de hacer desde sus cómodos sillones un torneo atractivo, que genere público. Muchas veces las decisiones de la ADFP son tomadas por el canal que transmite los partidos y si bien se apoya la inversión privada (sobre todo la agradecen los clubes) es una pena que solo una empresa transmita el campeonato y que otra (Direct TV) haya decidido retirarse. Sin competencia tampoco hay mejora.

En el caso de los jugadores hay que detenerse. Si bien es lamentable que muchos de ellos no cobren hace meses o hayan sido echados de sus clubes, también deberían ser 'agremiados' para analizar sus errores. Si firman planillas sin cobrar es entregarse al lobo vistiendo piel de cordero. También ellos deberían llamar al orden en el campeonato con mejores actitudes.

Si hay futbolistas que confiesan beber y fumar, jugadores en escándalos callejeros y para colmo no pueden meter a veces un mísero gol, ¿qué clase de torneo tenemos? A nivel nacional no hay mejora y en torneos internacionales damos vergüenza. Atención Agremiación, esta también es su chamba, ¿o solo aparecen cuando de huelgas se trata? Los agremiados deberían ser sancionados cuando su comportamiento no es el adecuado, de nada vale apañar.

Culpables también han sido los clubes, al contratar jugadores sobrevalorados y que muchas veces su mejor definición era ir al cajero y retirar su sueldo. Sueldos de entre 10, 15, 20 hasta 40 mil dólares son un insulto a todo: a la pobreza, al nivel del campeonato y a los hinchas que sacan 15 soles del bolsillo para ver paquetes que terminan mandando su caso a la Agremiación cuando no ven dinero y con ello generan juicios que la Cámara de Disputas tiene por montones.

¿Porque los dirigentes pagan esas cantidades? En el torneo uruguayo los sueldos promedio son la mitad, e igual pasa en Chile. ¿Será porque muchos de ellos inflan los presupuestos y una parte del dinero destinado al 'paquete' termina en los bolsillos de directivos propensos al whisky? Tampoco pagan tributos y menos a sus propios trabajadores que bajo el sol o la lluvia limpian los estadios y concentraciones. Extraño: si los dirigentes trabajan sin buscar un beneficio, ¿por qué terminan beneficiados y el club hundido?

Finalmente, nosotros como prensa debemos mostrarle la realidad al aficionado. No creernos eso que somos la liga 20 en el mundo o pensar que por un 4-4 en un partido ya estamos creciendo. El trabajo conjunto puede ayudar a construir algo, pero caminando todos en direcciones opuestas no haremos más que convertir al edificio del fútbol peruano en un 'elefante blanco'. Un elefante en agonía, al que da pena mirar.