Un partido con trece goles es portada de todas las tapas de los diarios deportivos del planeta. Un partido con trece goles, que además son propiedad de un solo equipo, abarcaría por completo la programación de un canal de fútbol. Un partido con trece goles se repetiría, por lo menos, trece veces al día en las páginas web de los medios. Pero parece que, cuando esos trece goles son anotados por un puñado de , a nadie le importa.

Son muy pocos los medios que le dan cobertura al , campeonato que se realiza por octava vez en su historia y tiene sede este 2019 en Francia. El ‘repóker’ (5 tantos en un partido) de Alex Morgan es reemplazado por cada absurda incidencia de la Copa América.
Son invisibles las chicas del equipo nacional estadounidense, vigentes campeonas del Mundo, para los gustos conservadores del deporte. Alex Morgan, Rose Lavelle y compañía dieron cátedra de buen fútbol, con una exhibición magistral de pases y contundencia en el ataque en su debut; sin embargo, a los medios locales más les importa saber cuál es la barra más bulliciosa en Brasil.

Son invisibles las chicas norteamericanas, pese a superar el registro goleador —en un solo encuentro— de la selección mayor masculina en tres Copas del Mundo. El equipo de hombres de las barras y estrellas consiguió 12 tantos en Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. El de mujeres metió 13 en su primer partido de Francia 2019 ante Tailandia.

Es invisible también la goleadora , que anotó cinco dianas en un solo cotejo. Es la primera en la historia del Mundial Femenino de Fútbol en lograrlo; y ya es candidata a igualar el récord de la ‘crack’ brasileña Marta. Por cierto, Marta ya cuenta con 16 goles en Mundiales, igualando así al máximo anotador de las Copas del Mundo de hombres, Miroslav Klose.

Alex Morgan pinta para goleadora absoluta de las Copas del Mundo. (EFE)
Alex Morgan pinta para goleadora absoluta de las Copas del Mundo. (EFE)

UNA GOLEADA DE DIFERENCIA

Pero, además de ser invisibles, son desiguales. Estados Unidos, la gran potencia mundial, se topó con la discreta nación de Tailandia en la primera fecha de Francia 2019. El resultado fue apabullante: 13 goles a cero. Esa parece ser la distancia entre ambos países en cuanto al crecimiento del fútbol femenino.

promulgó una ley en 1972 a favor del deporte para mujeres. Este decreto se llamó ‘Title XI’, ley que obligó a las universidades a crear programas deportivos femeninos. Los réditos no demoraron en llegar: tres títulos mundiales y cuatro medallas de oro olímpicas para las chicas norteamericanas.

En Tailandia la situación es distinta. A pesar de que su seleccionado femenino ha ganado los últimos tres campeonatos de la Confederación Asiática de Fútbol del Sudeste Asiático, aún cuenta con un equipo amateur. El país asiático fue uno de los pioneros en el balompié para mujeres en el continente, pero, con los años, no ha logrado tener el apoyo de cada Gobierno de turno. Nualphan Lamsam, la directora general de la selección, es la que solventa los gastos de las jugadores, gracias a que proviene de una familia rica.

No podemos dejar de lado la realidad política convulsa de Tailandia. Prayuth Chan Ocha fue nombrado primer ministro después de resultar ganador de las primeras elecciones tras encabezar un gobierno militar de cinco años. Ese mismo gobierno militar derrocó a Yingluck Shinawatra, quien había sido la única mujer en la historia en ocupar dicho cargo. La presión conservadora la sacó del puesto.

Tailandia aún tiene muchas barreras que afrontar en cuanto a la igualdad del fútbol profesional. (EFE)
Tailandia aún tiene muchas barreras que afrontar en cuanto a la igualdad del fútbol profesional. (EFE)

Los amagues, los remates, las jugadas y la picardía en el son tan espectaculares como en cualquier torneo común de varones. ¿Qué hace falta para que más gente tome la iniciativa de prender su televisor y busque un partido de mujeres? ¿Qué más hace falta para que en el Perú, por ejemplo, el fútbol sea más equitativo?

Dicho sea de paso, la selección peruana fue última en el torneo de Chile 2018, y por eso no está concursando en esta copa. Calidad hay, ganas de sobra, falta girar el foco y dejar de pensar que el fútbol es un deporte exclusivo de ‘machos’.

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