Nadie me puede enseñar lo que es vivir un clásico. A esta altura de mi vida, tengo bien claro lo que se siente ganar o perder uno. Si con los U-Alianza se me detiene el mundo y parece que el sol brilla más cuando mi equipo se lleva una victoria, imagínense lo que significa golear a , y en una semifinal de

Nadie en su sano juicio pensó que le haría tres al vigente campeón; sobre todo, de la manera en que lo hizo. Chile era el equipo que mejor estaba jugando al fútbol. Su mediocampo estaba tan sólido como en los años de gloria de la 'generación dorada'. Arturo Vidal, siempre vigente, y un recuperado Charles Aránguiz demostraron su solvencia defendiendo y una seguridad indiscutible para controlar el balón. 

Contra Colombia y Uruguay, los de la 'Estrella Solitaria' fueron superiores en varios momentos del partido. Pese a la última derrota en su grupo, Chile volvió a reflejar ese cambio de pensamiento que fue inculcado por Marcelo Bielsa. Fueron agresivos, atrevidos y no temían en salir a buscar el triunfo asumiendo un papel de favoritos. A la semifinal, llegaron con el cartel de los campeones defensores y una confianza reconquistada por lo que estaban proponiendo hasta ese entonces.

En el otro lado de la orilla, estaba una selección peruana dañada por la goleada que recibió de y por haber sufrido casi todo el encuentro contra Uruguay. Lo mejor que nos pudo pasar en cuartos de final era justamente ir a penales, porque nos estaban demoliendo con el paso de los minutos. Y lo mejor que nos pudo pasar en el campeonato fue aquel baile que nos metió el anfitrión.

La Copa América de Perú tiene dos tiempos: antes del 5 a 0 y luego del 5 a 0. El cachetazo era necesario, porque nos despertó, y a buena hora. Ricardo Gareca ensayó una doble punta con Paolo Guererro y Jefferson Farfán al inicio del torneo. En el partido que le jugamos a Brasil, salimos a quitarles la bola y a generar fútbol. Pero los errores nos costaron una vergüenza terrible. Luego de la catástrofe, volvimos al esquema que nos llevó a Rusia 2018: el inconfundible 4-2-3-1. Contra Uruguay, recuperamos la firmeza y convicción en la marca de las Eliminatorias; y contra Chile, nuestra identidad en el juego.

La selección peruana venció a Chile 3-0. (AP)
La selección peruana venció a Chile 3-0. (AP)

EL PERÚ DE LAS RACHAS EN CONTRA

No voy a negar que tenía mucho miedo de caer contra Chile. Imaginé muchas veces lo que dirían los medios sureños si es que nos sacaban del torneo. Tenía rabia e impotencia anticipada. Me preguntaba: '¿Por qué contra Chile? ¿Por qué justo ellos? ¿Por qué cuando han vuelto a jugar bien y nosotros entramos en decadencia?'

Eso es lo que siento cada vez que no veo a mi club en buen nivel y se acerca un clásico. Pero, como siempre, tengo una fe que supera a la religión y creo ciegamente que podemos ganar. En ese estado llegué al Perú-Chile, con un temor gigante de un papelón y, al mismo tiempo, con las ganas intactas de gritar un gol nuestro. 

Cuando empezó el partido, junté mis manos en modo de súplica como de costumbre, rogando al dios fútbol una victoria. Y lo que fui observando con los minutos transcurridos hizo que, poco a poco, se despeguen para llevármelas a la cabeza cada vez que Perú se acercaba al arco chileno. Yo no lo podía creer. Yoshimar Yotún, que para mí era el titular con peor rendimiento del torneo, se estaba comiendo la cancha. Había recuperado la eficacia en el pase y le cortaba los circuitos a los chilenos. Pero no era el único; también Christian Cueva estaba endiablado, con el 'chocolate' que le gusta. Presionó la salida hasta que dejó el campo. Los marcadores no podían pararlo cuando arrancaba con esa gambeta corta que ostenta. Fue una pesadilla para Chile.

Gareca entendió perfectamente el partido. Concuerdo con los que aseguran que fue uno de sus mejores planteamientos desde que dirige a la selección. A Miguel Company, que obviamente sabe más de fútbol que yo, lo escuché decir que "Perú no presionó, sino que achicó los espacios". Esa fue la clave para asfixiar el primer pase chileno. Vidal y Aránguiz fueron anulados, y los laterales pocas veces lograron generar verdadero peligro.

Algunos críticos mencionan que la selección se vio superada en el segundo tiempo. Yo creo que no. Es lógico que el equipo que va abajo busque revertir la situación. El ímpetu chileno fue notorio, y tuvo cuatro o cinco jugadas que también pudieron ser gol. Pero, con los jugadores que tiene Chile, ¿pedían que no ataque nunca? Es imposible. Y justamente cuando eso sucedió, Perú demostró que también cuenta con una seguridad innegable atrás. Carlos Zambrano y Luis Abram estuvieron muy atentos para los cierres; y Pedro Gallese dejó claro que el 'blooper' quedó en el olvido. Qué importante se ha vuelto. Una selección que aspira a ser potencia necesita un portero de nivel.

Tal vez le permitimos a Chile tener más el balón en la segunda parte, pero es parte del juego. El cansancio fue evidente después de una primera parte a cien por hora. Perú fue nuevamente contundente cuando debió serlo, en el momento exacto. Y en los último minutos, retrocedió las líneas sin dejar de encimar el ataque chileno. Cuando desbordaba Jean Beausejour y empezó a ganarle la espalda a Advíncula, la línea de cuatro defensas, junto a Yotún y Renato Tapia, se agrupó con inteligencia en el área para despejar los centros. Edison Flores y André Carrillo regresaban para apoyar en las bandas. Fue, otra vez, ese Perú solidario que clasificó al Mundial. Como dijo 'Yoshi' al acabar el partido, "volvimos a nuestra esencia".

El gol final de Paolo solo fue la cereza del pastel. Fue un redondeo estupendo de una victoria en lo táctico, en el juego y en la lectura del mismo. Goleamos a Chile en un partido oficial luego de 70 años y regresamos a una final después de 44.

Empecé a ver el partido con las manos sujetas y acabé con una sobre mi cabeza y otra en la boca. Creo que hay algo místico en el fútbol. Parece que está predeterminado a que los resultados pasen por una razón. Y está sucediendo con este Perú que, a punta de romper malas rachas, se está haciendo grande otra vez. Ahora vamos por un nuevo 'Maracanazo'.

EL DÍA QUE VOLVIMOS A HACER HISTORIA

El Perú vs. Chile.