Faltan menos de tres meses para que empiece el Mundial Brasil 2014. (Internet)
Faltan menos de tres meses para que empiece el Mundial Brasil 2014. (Internet)

Redacción PERÚ21

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Los brasileños que se muestran en contra de la Copa Mundial pasaron de 10% en 2008 a 38% actualmente según un sondeo de la encuestadora Datafolha en febrero. Aquí cinco razones que explican esta situación.

EL COSTOLos gastos que Brasil realiza para el Mundial son un motivo de irritación de una parte de su sociedad. Fueron unos US$10.900 millones invertidos por el gobierno federal, los estados y las ciudades sede, de acuerdo al último balance oficial divulgado en noviembre.

Se trata de una cifra bastante superior a lo previsto: solamente en estadios, se ha gastado a veces el doble o hasta el triple que los presupuestos iniciales.

Y lo más probable es que la cuenta aumente hasta junio, cuando se sumen por ejemplo las estructuras temporarias en torno a los estadios. En un país con grandes deficiencias en salud pública y educación, las fortunas invertidas en el Mundial fueron una de las razones principales de las protestas masivas que Brasil tuvo en junio durante la Copa de Confederaciones.

LA PRESENTACIÓNEl modo en que el gobierno brasileño presentó el Mundial ante la población también pudo contribuir a generar desánimo, sostienen analistas.Alberto Almeida, experto en opinión pública en el Instituto Análise, una consultora con sede en Sao Paulo, sostuvo que faltó una reivindicación clara de la utilidad del torneo por parte de las autoridades.

"La presidenta Dilma (Rousseff) la Copa en Brasil, explicando por qué es buena para el país: da visibilidad, va a traer turistas, ha generado empleos…", dijo Almeida para la BBC.

LA FIFALas polémicas entre las autoridades brasileñas y el ente rector del fútbol por la organización del Mundial fueron constantes y alcanzaron su clímax hace un año, cuando el secretario general de la , Jerôme Valcke, dijo que Brasil necesitaba "una patada en el trasero" para acelerar la preparación del evento.

Eso y las exigencias de la FIFA por ejemplo para que se permitiera excepcionalmente la venta de alcohol en estadios durante partidos del Mundial, atendiendo los intereses de una empresa cervecera patrocinadora, llevó a muchos brasileños a creer que a su país le impusieron la forma de organizar el evento.

LOS PRECIOSSi bien la FIFA afirma que las entradas de este Mundial son las "más baratas jamás vendidas" y los brasileños , ver en vivo a su selección es un sueño demasiado caro para muchos en este país.

Con una disparada de precios durante la Copa, tomar un avión y hospedarse en un hotel para asistir a un partido del Mundial costará cientos de dólares en un país donde el salario mínimo equivale a US$311.

Todo esto ha contribuido a que una parte de la sociedad brasileña vea la Copa como un espectáculo inaccesible desde el punto de vista financiero y potencialmente negativo para sus bolsillos.

LOS TRASTORNOSLa vida cotidiana de muchos brasileños en las ciudades sede del Mundial también fue trastocada por las obras antes de la llegada del torneo y los Juegos Olímpicos de 2016, muchas de las cuales se han dilatado en el tiempo.En Río de Janeiro, por ejemplo, las zonas céntrica y portuaria tuvieron cambios radicales en la circulación de vehículos y pasan por grandes reformas urbanísticas.

Las autoridades sostienen que son cambios necesarios y beneficiosas para la ciudad, pero también han causado complicaciones a miles de personas que trabajan ahí.

"Los brasileños están bien ambiguos sobre la realización de la Copa porque están viendo sus ciudades totalmente modificadas para beneficio de otros", dijo Gaffney para la BBC.

Y agregó que las ciudades sede del Mundial "están siendo rehenes de proyectos autoritarios que no representan avances urbanísticos ni democráticos" para la población.

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