El fútbol era su mayor pasión. Bradley Lowery fue un pequeño que cumplió el sueño de estar juntos a los futbolistas más notables de la Premier League hasta los últimos días de su vida.
Lowery, un pequeño de seis años, sufría de una extraña enfermedad a su corta edad. La complejidad de su situación conmovió a todo Inglaterra, sobre todo, porque Bradley era un ferviente aficionado al balompié.
Distintas organizaciones y clubes de la liga inglesa se esforzaron por llevarlo a los estadios, para que esté presente durante los partidos y se abrace con las estrellas del deporte.
El tierno niño tenía neuroblastoma, un tipo de cáncer del sistema simpático que afecta a uno de cada 7.000 infantes en el mundo. Su cuerpo no dio más y murió un 8 de julio del 2017.
Bradley era hincha del Sunderland y admiraba Jermain Defoe, delantero estrella de aquel equipo y del Tottenham. Su partido dejó un vacío profundo para todos los amantes del fútbol en el Reino Unidos. Hoy se conmemora un año de su fallecimiento.