(Perú21/ Piko Tamashiro)
(Perú21/ Piko Tamashiro)

Nació en la provincia cajamarquina de Cajabamba, a más de 2,600 metros sobre el nivel del mar. Pero corre tabla desde los siete años. Ganó su primer campeonato a los 12, a los 15 fue seleccionado nacional y a los 25 años comenzó a correr longboard. Y hoy es el único tablista peruano tres veces campeón del mundo.

Benoit ‘Piccolo’ Clemente es una de las figuras de la delegación peruana que será parte de los Juegos Panamericanos 2019, que van del 26 de julio al 11 de agosto en Lima, competencia a la que llega tras lograr la medalla de oro en el torneo clasificatorio. Pero antes estará en campeonatos de Francia, Australia y Puerto Rico.

Llego a la playa Makaha y está mirando al mar. Tiene puesto un wetsuit azul, que luce mojado. Acaba de salir de surfear. En un brazo sostiene su tabla de longboard y con la otra mano me saluda. Y ahora los dos miramos al mar, mientras nos presentamos. Enciendo la grabadora y de fondo el sonido de la olas.

Sofía Mulanovich me dijo que cuando estaba frente al mar sentía libertad. ¿Qué sientes tú cuando estás sobre estas aguas?
Tranquilidad, en mi ambiente.

¿Con la experiencia se le pierde el miedo al mar?
Existe, sobre todo, el respeto. Aunque si vas a correr una ola de siete metros, hay un pequeño temor o angustia. Me ha pasado que me he cortado la cara cuando me cayó la punta de la tabla. Pero siempre trato de mantener la calma.

¿Cómo fue tu primer encuentro con el mar?
En Huanchaco casi todos están relacionados con el mar. Probé de a pocos. Me enganchó la adrenalina, la emoción, el corazón te late rápido, la velocidad de las olas y el contacto con la naturaleza.

Padre francés y madre alemana. ¿Cómo influyeron?
A ellos siempre les ha gustado el deporte. Mi mamá es nadadora, mi papá jugó rugby.

¿Cómo es que naciste en Perú?
Ellos venían recorriendo el mundo unos dos a tres años. Se conocieron en Ecuador. Siguieron juntos y nací en Cajabamba, Cajamarca. En esa zona hay bastantes alemanes y tenían amigos ahí. Fueron a visitarlos y se me ocurrió nacer (risas).

¿Sueles ir a Cajabamba?
No la conozco, pese a que a Cajamarca he ido varias veces. Pero en algún momento pienso ir a Cajabamba. El tema es que a los tres meses de edad mis padre se fueron a Huanchaco, Trujillo, se quedaron y ahí me críe.

¿Y ellos siguen contigo?
Mi mamá vive en Huanchaco y mi papá en Guyana Francesa, y viene una vez al año a visitarnos. Él es chef.

¿No evaluaste ser chef?
Estudié cocina un par de años. Mis papás tienen un restaurante en Huanchaco que se llama El Piccolo, que lleva ese nombre antes que yo. A mi papá también le dicen ‘Piccolo’.

Pudiendo irte a Francia o Alemania, ¿por qué te quedaste en el Perú?
Perú es un país lindo, de mucha cultura e historia. Tiene costa para el surf. Como Perú hay pocos lugares en el mundo. Su comida, la gente.

También fuiste arquero de fútbol. ¿Cómo así?
Sí, jugué para un equipo de Trujillo, en segunda división. Pero en el surf hay mucha más adrenalina. Entré por vacilón, no tapo mal y me quedé ahí un tiempito. Corría tabla y practicaba fútbol.

¿Cómo sería un gol en el surf?
Cuando entras y comienzas la serie agarrando una buena ola y sacando un 8 o 9 puntos posibles de 10. Es como meter un gol a los cinco minutos de haber comenzado el partido.

¿En el surf existen goles de media cancha?
Sería coger tu primera ola y hacer 10 puntos. En el surf hay más táctica para tratar de generar el mayor puntaje posible.

En el surf hemos sido campeones mundiales, pero en el fútbol no. ¿Te atreverías a decir que el surf representa mejor al Perú que el fútbol?
Si hablamos de logros y triunfos, no solo el surf. Tienes el karate, taekwondo, ajedrez. Aunque en popularidad no. El fútbol tiene mucha cobertura. Tenemos varios deportes que han logrado bastante, pero que no tienen mucha cobertura.

¿Crees que al surf aún se le ve como un deporte para ciertas élites?
Si recorres la costa peruana, hay escuelas con todo tipo de gente. El surf es un deporte accesible para todos, no tiene barreras.

Otro prejuicio que aún está instalado es que es un deporte relajado, que no demanda mayor disciplina.
Cualquier persona que viene a practicar surf termina agotada por el esfuerzo físico. Se necesita resistencia física, pulmonar, fuerza, equilibro, es un deporte completo, como la natación, y muy difícil de trabajar.

¿Es cierta la historia de que el año pasado llegaste de una competencia en Taiwán e inmediatamente tuviste que competir en el torneo de clasificación a los Panamericanos de Lima 2019?
Al día y medio de haber llegado a Lima tuve que ir a correr a Punta Rocas, con cambio de horario y todo. Pero todo eso se afronta con buena preparación. Dormí en el avión, aquí unas horas, corrí, dormí un poco más y me pasé toda la semana entre el agua y la cama, y pude lograr el título panamericano y, por ende, la clasificación a Lima 2019. Aunque después sí creo que dormí como cuatro días seguidos (risas).

Y ahora se vienen los Panamericanos en Lima. Vas por la de oro.
Es un sueño cumplido competir en los primeros Juegos Panamericanos donde estará el surf. Pero otro sueño es llegar a las olimpiadas. En Tokio 2020, el surf estará de prueba y creo que se va a quedar. Y para las olimpiadas de 2024 estoy seguro de que llegaré y obtendremos una medalla.

AUTOFICHA
- “Tengo 36 años. Dos veces campeón del mundo individual y una vez por equipos. Tres veces campeón panamericano, bolivariano, sudamericano, seis veces campeón nacional, una vez campeón latinoamericano. Tengo un hijo de seis años. Le gusta el surf y hace karate. Soy casado y mi esposa es psicóloga”.

- “Mi esposa siempre está pendiente de lo que hago, me da muchos tips de cómo enfocarme un poco, estar más tranquilo. Ella practica surf también y tiene mucha noción. Entre serie y serie también me aconseja. Tenemos 17 años juntos. Hemos compartido muchos campeonatos”.

- “He estudiado cocina, para bartender, administración, gestión deportiva, para técnico deportivo, tengo mi propia marca con la que compito, que en el Perú las fabrico solo para mis amigos. Siempre estoy tratando de estudiar y desarrollar otros proyectos. Mis padres están felices de ver cómo he crecido”.