‘El le quitará su esencia al fútbol, con polémica y anécdotas’ decían muchos antes de implementarse este sistema en el deporte rey. Yo estaba segura que eso no pasaría. Si bien es cierto lo que busca es darle mayor equidad al balompié, es manejado por seres humanos y sigue una serie de estrictos protocolos.

Ayer volvió a quedar demostrado. La primera final de la Liga 1 tuvo como principal protagonista al videoarbitraje, que por primera vez se implementaba en nuestro país. El penúltimo partido del año iniciaba con Alianza Lima haciendo el juego al que está acostumbrado. Controlando los primeros minutos del encuentro y adelantándose en el marcador, hasta que llegó la decisión de expulsar a Anthony Rosell, en una acción polémica.

Muchos cuestionan que el árbitro Michael Espinoza no manejara el ‘mismo criterio’ en dos jugadas. La de Rosell y una mucho más temprano donde pareciese que Aldair Rodríguez le mete un codazo a Wilder Cartagena. Y digo pareciese porque a interpretación de Espinoza fue para amarilla. Las opiniones están divididas, muchos ven roja en esa acción. Sin embargo no es un error flagrante y por lo tanto, a mí criterio, era posible que el VAR no intervenga y así fue. Aunque la expulsión pudiera haber sido justa.

Después de ello, era casi inevitable lo que se venía. Eran 10 hombres en altura, dejándolo todo en la cancha pero que no alcanzó ante un Binacional que es fuerte, pero que se hace mucho más en su casa. El encuentro quedó 4-1.

Estemos claros que una de las premisas arbitrales es defender la integridad de los jugadores más allá de la intencionalidad. No se juzga si lo lesiona o no, simplemente la acción. No obstante, en ese tipo de casos pesa la interpretación. La palabra final siempre la tendrá el árbitro principal, ante el llamado o no del VAR.

Lo único que se pide en los arbitrajes peruanos es que la interpretación sea una en todo el juego. El mismo criterio para todas las jugadas.

Es difícil lo que le toca a Alianza de cara al último partido pero en el fútbol más que en cualquier otro deporte, nada está dicho. Las llaves pueden parecer estar cerradas pero siempre hay un pequeño espacio por donde se puede entrar. Veremos.