Yohann Turbet Delof: “La cultura no es solo ocio o para amateurs”

Esta semana se realiza la tradicional Fiesta de la Música que organiza la Alianza Francesa. Entrevistamos a su director, Yohann Turbet Delof, quien lleva un año y medio en el Perú y ya tiene un diagnóstico claro del movimiento cultural del país.

¿Cómo ve el movimiento cultural peruano?Estamos en un momento clave para la cultura. Hay un tremendo desarrollo y profesionalización. Por ejemplo, hay muchos dramaturgos y exposiciones de buen nivel.

¿Qué es profesionalizarse?La cultura no es solo ocio o para los amateurs o aficionados. Hacer una política cultural no es 'a ver, veo quiénes son mis amigos, los llamo y que vengan a hacer un poco de música y ya tengo mi programación cultural'. No. Es gestión administrativa, con leyes, y la programación se hace según criterios artísticos, de valores y compromisos. Todavía falta definir en los centros culturales y a nivel del Estado cuál es la política cultural del Perú.

¿Cuál es el rol de la cultura en la economía del país?La cultura en el Perú es un 1.6% del valor agregado nacional, no es poca cosa. En 2020, tal vez será de casi 6% del PBI. En Francia, el Estado invierte 20,000 millones de euros en la cultura. Las consecuencias económicas son de 100,000 millones de euros, que es el 6% del PBI, más que la industria alimentaria y automotriz.

¿Cómo lograr que la cultura sea accesible?La cultura tiene dos problemas grandes: que es elitista y que está vista como el último lujo. Las instituciones públicas y privadas deben tener políticas de mediación cultural, de acercamiento. A mucha gente le falta herramientas para entender una obra de arte. No basta con proponer cultura, hay que dar las claves para que la gente se acerque a la cultura.

¿Cuál es el reto del próximo gobierno en cultura?El próximo gobierno debe tomar consciencia de que gracias a la cultura puede generar un movimiento colectivo de identidad; que más allá de la gastronomía, el Perú esté orgulloso de su cultura. Por ejemplo, no hay grandes eventos. Bogotá tiene el segundo festival de teatro más grande del mundo. También está Santiago a Mil, en Chile; El Cervantino, en México. La cultura tiene la capacidad de unir a las personas, pese a sus diferencias.

¿Y cuál es el reto de usted en la Alianza Francesa? Mostrar lo que es Francia ahora, un país que apoya mucho al artista emergente. Francia es una nación muy mestiza. Además, queremos empujar el movimiento cultural y diseñar todos juntos una política en el Perú. Y estar comprometidos con temas de memoria, derechos humanos e innovación.

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