Lo que empezó como una investigación, se convirtió luego en 'Vox horrísona', un libro que reúne la poesía escrita por Luchito Hernández (Herman Schwarz).
Lo que empezó como una investigación, se convirtió luego en 'Vox horrísona', un libro que reúne la poesía escrita por Luchito Hernández (Herman Schwarz).

En la década del 70, en un consultorio de Jesús María, el doctor Luis Hernández (Lima 1941-1977) recibía contento una Coca Cola o un caramelo de perita por aliviar los males de sus pacientes. Al mismo tiempo, tenía presente que la mejor medicina para evitar ciertos dolores del alma era la poesía. Con ello en mente, escribía en cuadernos poemas que eran como recetas con dosis de ternura, ironía y humor sobre las playas de La Herradura, bares, la vida y un amor. Textos que abandonaba a propósito en alguna calle o que regalaba a algún amigo o cualquier desconocido.

Este hecho atrajo la atención del escritor Nicolás Yerovi, quien justo buscaba un tema de tesis para su doctorado en Lingüística y Literatura Hispánica. Un trabajo que meses después de su aprobación fue la base para el primer volumen de 'Vox horrísona' (1978), obra que ha sido relanzada este año en una edición conmemorativa y actualizada.

EL ETERNO RETORNO
Yerovi declara a Perú21 que todo empezó con “un pálpito” tras dar una rápida ojeada a la poesía de Hernández en los cuadernos que recuperó.

“Sus textos reúnen una serie de características absolutamente no convencionales para esa época por su sensibilidad y delicadeza en su forma de escribir. Establece un contacto juguetón y travieso con sus lectores. Emociona y hace reflexionar con la agudeza de sus textos. Es una obra muy valiosa que pudo perderse por siempre”, comenta el escritor sobre el ex campeón interbarrios de peso welter.

Luis Hernández Camarero es recordado por su amigo Nicolás Yerovi como “un gran amante de la vida” (Herman Schwarz).
Luis Hernández Camarero es recordado por su amigo Nicolás Yerovi como “un gran amante de la vida” (Herman Schwarz).

Tras 14 meses de trabajo y con 28 cuadernos recuperados, Yerovi recuerda que buscó a Hernández para contarle que su tesis fue aprobada. “Tomó el libro entre sus manos, lo ojeó un ratito, luego lo puso a un lado de la mesa y me invitó un café. ¡Como si no hubiera pasado nada! Y unos días después, lo regaló”, recuerda Yerovi riéndose.

La primera edición de Vox horrísona fue supervisada por Hernández, quien, además, dibujó la portada. Sin embargo, meses después mientras el libro se imprimía, el 3 octubre de 1977, Luchito se suicidó en Buenos Aires lanzándose contra un tren. Una acción inesperada pues Yerovi recuerda a su amigo como “un gran amante de la vida”.

Betty Adler, la musa, "la frazadita" de Luchito Hernández en un pintura de Jaime Domenack (Jaime Domenack).
Betty Adler, la musa, "la frazadita" de Luchito Hernández en un pintura de Jaime Domenack (Jaime Domenack).

"Lucho tenía una particular fascinación a un grupo de escritores ingleses. Hablo de John Kitts, Lord Byron y Percy Shelley. Todos habían perdido la vida a los 35 años. Me dijo incluso que mi abuelo, Leónidas Yerovi, perdió la vida a los 35 años. Y mira, precisamente Luis partió a los 35 años. Una tradición extravagante. Pero un extravagante sentido tiene ese raciocinio", comenta Yerovi. 

La última vez que vio con vida a Luis Hernández, recuerda Yerovi, fue en el Marcantonio del Centro Comercial Risso. Luchito estaba con "la frazadita", su musa inspiradora y amor irracional, Betty Adler. 

"Fue en febrero de 1977, en la víspera de que partiera a Buenos Aires. Para variar, tomamos un jugo de papaya. Cuando por lo general, bebíamos otras sustancias bastantes más celebratorias", declara con nostalgia y riéndose el escritor. Pero a Betty ya no la ha vuelto a ver pese a que conversaron "un centenar de oportunidades". 

AHORA QUE NO VUELVES
Tras la muerte de Lucho Hernández y la publicación de Vox horrísona, 26 cuadernos más aparecieron. Inmediatamente, Yerovi mecanografió los nuevos textos hallados. Ello llevó a que se publicara un segundo volumen en 1983.

La edición de Vox horrísona de este año incluye una sección de Traducciones realizadas por Lucho de canciones y poemas, textos publicados en revistas y el “Cuaderno negro”, una libreta guardada por la familia Hernández que por primera vez es publicada enteramente.

Betty Adler junto a Luis Hernández (Herman Schwarz).
Betty Adler junto a Luis Hernández (Herman Schwarz).

Tenemos ante nosotros una nueva oportunidad para acercarnos a la obra de Luis Hernández, un poeta vigente y querido por muchos. Un escritor que se resiste al olvido, que si bien puede ser dulce, “más dulce aún, es el recuerdo”.

Datos: 
- Las únicas obras publicadas por Luis Hernández son 'Orilla' (1961), 'Charlie Melnik' (1962) y 'Las constelaciones' (1965). Todas están incluidas en 'Vox horrísona'.

- Además, se compila la obra inédita incluida en los 54 cuadernos divididos en títulos como Voces íntimas, El eterno retorno, La avenida del Cloro Eterno, Una impecable soledad, El jardín del después, entre otros.