Venancio Shinki: Paisajes de un camino propio

A un año de la partida del pintor de origen japonés y peruano, el C.C.Peruano Japonés presentala muestra 'Árbol nuevo. Aprender de los pinos, aprender de los bambúes'.
Venancio Shinki en el 2014. Pintor peruano partió a la eternidad hace un año.

El escritor limeño Guillermo Niño de Guzmán escribió, hace tres años, sobre . Subrayó que el pintor –de padre natural de Hiroshima y madre nacida en Huari– no tardó en comprender que la búsqueda de un camino propio exigía, primero, auscultar su corazón. “Era inútil seguir modas y tendencias con el fin de estar al día, sobre todo si no miraba en su interior y confrontaba su experiencia personal. Porque la pintura podía ser un medio extraordinario para afirmar su identidad y expresar aquello que guardaba dentro de sí y que lo hacía único como ser humano”, puntualizaba entonces el autor de 'Caballos de medianoche'.

Para el crítico de arte de este diario, , ha sido difícil catalogar la obra de Shinki, porque lo llaman surrealista, expresionista, abstracto. “Su trabajo es una búsqueda sincera de él mismo, de sus orígenes, de su paso de Áncash a la avenida Abancay, a la escuela de Bellas Artes, de su padre japonés y madre ancashina. Todo eso lo puso a color en un lienzo”, nos dice telefónicamente desde Buenos Aires.

El pintor y curador Jaime Higa distingue tres periodos reconocibles en la obra del artista de Supe. Uno inicial de abstracción lírica, de fondos “hermosos”, con gestos que lo acercan a la caligrafía japonesa; una etapa figurativa, vinculada a la costa peruana y representación de la mujer andina, y un tercer momento producto de su viaje a Europa, donde empieza a incorporar estatuas en sus obras, como vestigios culturales de otra civilización, se asume como un ciudadano del mundo. Pero remarca que la obra del artista plástico es importante porque ha construido un universo personal, propio.

ACUNDUN (1996). Serigrafía 71.5 x 51.4 cm.

Aprender del maestro
Tres miradas sobre Venancio Shinki Huamán (Supe, 1932-Lima, 2016) que confluyen en que tenemos ante nosotros a un pintor con una voz propia, atemporal, de paisajes singulares. Un territorio del arte peruano que podemos descifrar, conocer y valorar, desde esta semana, en la muestra Árbol nuevo. 'Aprender de los pinos, aprender de los bambúes', que le rinde homenaje al artista plástico a un año de su partida.

La exposición está en el Centro Cultural Peruano Japonés, en la Galería de Arte Ryoichi Jinnai y el Hall de Exposiciones, bajo la curaduría de Higa. El proceso de selección contó con la invalorable colaboración de la esposa de Shinki, la también pintora Elda di Malio, quien en setiembre último falleció.

Son 30 las obras que se pueden hallar en la exhibición, algunas de ellas inéditas. En la galería están recortes, un juego, el libro del artista y óleos sobre lienzo, entre los que destaca “Compendio” (1992), pintura de 195 x 390 cm, que sintetiza de alguna forma los mundos de Shinki. No pasa desapercibido el cuadro “Mujer sin paloma” (1962), de la etapa de formación del pintor. También destacan los recortes “Autorretrato”, “La siesta” y “Sin título”. Los tres de 2000.

En el Hall de Exposiciones hallaremos dibujos, grabados, acuarelas de gran factura por su composición, uso sutil de los colores, simbolismos, diversidad. Soles rojos, azules, carneros, toros, rostros femeninos. Así figuran dos inéditos “Proyecto para mural” (1997), bocetos que nunca cumplieron su cometido. Como escribió Niño de Guzmán en 2014, la obra de Shinki es un paisaje extraño, intemporal, desolado, casi primitivo.

“La idea es hacer visible el trabajo de Venancio en términos de rendirle un homenaje y mostrar obras poco conocidas, otras facetas”, explica a Perú21 Higa.

PROYECTO PARA MURAL (1997). Es una acuarela de 77 x 43 cm. El boceto de lo que debió ser un mural.

¿Quién es Shinki?
El pintor nació en Supe, en el año 32 del siglo pasado. Perdió precozmente a su familia. Primero a su padre en 1941 y luego a su madre en 1946. Al año siguiente, viajó a Lima, estudió en el colegio Guadalupe y luego pasó a la Escuela Nacional de Bellas Artes, en 1954. Quería ser un retratista.

Pero, más allá de los datos biográficos, quién es realmente Shinki. Flores-Hora relata que los años 50 fueron la lucha entre la abstracción y lo figurativo, en los 60 llegaron las vanguardias: el pop art, informalismo, surrealismo. Pero Shinki cambió su pintura. Comenzó con un expresionismo abstracto y en los 60 se volvió figurativo. “Estuvo vinculado a su tiempo, pero sintió que la pintura tenía que decir algo más y es ahí donde nace la obra que conocemos”, añade.

El crítico de arte enfatiza que Venancio fue pintor de taller. Nunca le interesó hacer pública su opinión. “Se dice que trabajó hasta el último día de su vida, hasta que no pudo más”, apunta Flores-Hora y añade que "fue una persona de pasiones moderadas". Un pintor exquisito, que hacía que su pintura hablara por él.

SIN TÍTULO (1984). Óleo sobre lienzo de 100 x 100 cm.

Tenga en cuenta:
- La exposición estará abierta hasta el 28 de enero, en Av. Gregorio Escobedo 803, Jesús María.

- De martes a sábado, de 10 a.m. a 1 p.m. y de 2 p.m. a 8 p.m. Domingo de 2 p.m. a 8 p.m. El ingreso es libre.

- Sobre el nombre de la exposición, Árbol nuevo es la traducción del apellido Shinki representado en kanji (ideogramas japoneses).

- Y la frase que consagra esas dos primeras palabras son del poeta Matsuo Basho: “Aprender de los pinos, aprender de los bambúes”, que tanto gustaba al maestro.

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