Mario Vargas Llosa hace tiempo dejó de ser solo un escritor. Ese particular joven que a los 15 años se propuso ser periodista para luego hacer su viaje espontáneo a la Literatura es ya una voz familiar para todos nosotros.
Un sonido recurrente, al que siempre volvemos para escuchar sobre los vaivenes de unos adolescentes dentro de un colegio militar, las sorpresivas conversaciones melancólicas de dos hombres en un bar o los últimos días de un dictador. Para encontrarnos con las aventuras de una niña mala o viajar al Amazonas para reír en silencio con un militar al que le encargan una misión peculiar.
Vargas Llosa también es el narrador de un conflicto entre militares y campesinos en el Brasil o de los sueños de un irlandés por buscar acabar con el colonialismo.
Es historia y es ficción. Es argumento y cuento. Es una voz provocativa y contestadora. El peruano que ha regalado al mundo personajes inocentes y violentos, ingenuos y resignados, románticos y vulgares, nos ha dejado un universo de grandes cosas.
Y claro, siempre volvemos a él porque nos demostró que la literatura es fuego. La Feria Internacional del Libro 2019, que inicia este viernes, rinde un homenaje al universo del escritor. Este es el nuestro.