La belleza de las gasas tejidas de la cultura Chancay ha sido fuente de inspiración para la artista plástica Nebiur Arellano, quien después de estar 20 años fuera del Perú, presenta su muestra individual “Tramas y veladuras” en el Museo Amano, en Miraflores. La inauguración es el 9 de noviembre y permanecerá hasta el 7 de diciembre.
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Nebiur mostrará alrededor de 25 obras pintadas enteramente sobre seda. Luego de haber experimentado con distintos materiales encontró en la seda en medio para plasmar su visión artística. Nebiur traza cientos de hilos pintados en acrílico, superponiendo capas de color con intrincadas líneas metálicas que semejan trama y urdimbre, desarrollando un estilo y una técnica muy personales que combinan su visión del mundo, donde el fondo y la forma se funden para reflejar la influencia de la estética del arte precolombino y de los maestros contemporáneos que la impactaron en el desarrollo de su trayectoria.
Utilizando la simbología del tejido, la artista construye una narrativa del Perú como un gran entramado rico y complejo con los colores de nuestros minerales, y al mismo tiempo deja ver sus hilos sueltos, incompletos, rotos. Una de sus obras, un tríptico compuesto por dos lienzos de color plata y uno de oro, recrea la memoria colectiva y nos lleva a un viaje en el tiempo que celebra la belleza, pero también deja ver las heridas abiertas de un pasado, y un presente que duele y que espera volver a unir los hilos sueltos.
En otras de sus obras, la transparencia de la seda organza deja ver un segundo plano e invita al
espectador a hurgar más allá de lo visible, a mirar tal vez lo que no queremos ver. Sus obras pintadas en intensos azules hacen que cobren vida los tejidos milenarios; suscitan preguntas celestes, como una recreación permanente de una trama que no deja de desafiarnos.
Al mirar su obra en conjunto, se puede sentir los frisos de la ciudadela Chan-Chan, los hilos de filigrana de los tejidos de Chancay, o la celebración de la geometría de los mantos Huari, los pectorales de Sipán, las líneas de Nazca labradas en el desierto, las piedras perfectamente cortadas de los monumentos incas. Y es este extraordinario legado estético del arte precolombino, que ha sobrevivido al tiempo y al espacio, el que ha llevado a Nebiur a una visión artística que le permite mantener vivas esas huellas lejanas en una narrativa contemporánea.
La curadora de la muestra, la arqueóloga Ulla Holmquist, directora del Museo Larco, dice sobre la artista que “el detalle y la delicadeza de sus obras generan asombro y alientan la curiosidad; su contemplación cercana provoca querer tocarlas, acariciarlas, para de alguna manera descubrir si el fondo es un lienzo o es solo luz, si el hilo es una fibra o es color, si su brillo es reflejo o es el mineral que emerge de la misma tierra”.
Nebiur ha realizado numerosas exhibiciones tanto en Europa como en Estados Unidos. Una de sus obras fue seleccionada para formar parte de la colección permanente del Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza. También se encuentra en el Consulado del Perú en Washington DC, y en colecciones privadas en Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, España, Francia, Australia, Rusia, Holanda, Chile, México, Brasil y Perú. En el 2006 se publicó su libro “Celebración del Color”, que contiene más de 100 obras que están manos de coleccionistas privadas. En el 2002 representó al Perú en la feria internacional EuropArt, Ginebra, Suiza. En el 2009 fue distinguida por la Embajada del Perú en Washington por su contribución a la difusión de la cultura peruana.
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