"(A una persona se quiere) escuchándola. Tomándola en cuenta, respetándola", declara la cantante Susana Baca (Luis Centurión/Perú21).
"(A una persona se quiere) escuchándola. Tomándola en cuenta, respetándola", declara la cantante Susana Baca (Luis Centurión/Perú21).

Cuando habla, ama. Sus palabras acarician. Su canto también. 'Quiéreme' es el nombre de su nuevo disco, donde comparte canciones con la cubana Argelia Fragoso. Álbum que será presentado este miércoles, en el Gran Teatro Nacional, día en que también será publicada, y estará a la venta, dicha producción grabada en Cuba. Entro a su departamento de Chorrillos y me entrega el máster de Quiéreme. Es una primicia. Me pide que lo ponga en el reproductor, porque no es muy amiga de los aparatos tecnológicos. El CD ingresa a la bandeja y le damos play.

'Quiéreme' es casi un llamado de atención. ¿Por qué?
Porque es necesario amar, querer a tu pareja, a tus amigos, a tu patria.

¿El amor se pide?
El amor se da. No debería pedirse, sino esperar y recibirlo. Y cuando pasa, estar con los brazos, el corazón y la mente abiertos.

“Es necesario amar, querer a tu pareja, a tus amigos, a tu patria. El amor se da. Y cuando pasa, estar con los brazos, el corazón y la mente abiertos”, declara la cantante (Luis Centurión/Peru21).
“Es necesario amar, querer a tu pareja, a tus amigos, a tu patria. El amor se da. Y cuando pasa, estar con los brazos, el corazón y la mente abiertos”, declara la cantante (Luis Centurión/Peru21).

¿Nos olvidamos de amar o de valorar al ser querido? ¿Quiéreme opera en ese sentido?
Tal vez. Estás muy seguro de que te quieren y ya ni caso le haces al ser que tienes al lado, y eso pasa también con nuestros artistas. Por ejemplo, hay una enmienda en la Ley del Artista que nos aseguraría a todos el tener seguro de salud, pero aún no se da. Y somos incapaces de comprar un disco, de pagar una entrada.

¿Se siente querida?
Sí, no me puedo quejar. Voy por la calle y siento el amor de la gente.

¿Qué le dicen?
Que soy un orgullo, que, en medio de tanta tristeza, hay una alegría al saber lo que hago, al escucharme. Otra gente me dice que me escucha y siente paz. Es bien bonito.

¿A quién le ha tenido que decir ‘quiéreme’?
A mi propio país también. Cuando empezaba, de pronto no tenía el respaldo de la gente. También se lo dije a un muchacho del que me enamoré tremendamente cuando yo tendría unos 20 años. Era un chico que quería ser músico, fotógrafo. Era hijo único y no sabía querer. Y hay que enseñar a querer.

"El racismo siempre está. Es una enfermedad", expresa Susana Baca (Luis Centurión/Perú21).
"El racismo siempre está. Es una enfermedad", expresa Susana Baca (Luis Centurión/Perú21).

¿Cómo se quiere a la otra persona?
Escuchándola. Tomándola en cuenta, respetándola. Las mujeres hoy en día tenemos problemas muy serios en esa falta de querer, de no saber querer, creer que querer es dominar, estar bajo el mando de una persona.

¿Cómo conoció el amor?
Me enamoré de un vecino. Yo tenía 12 años. Viajábamos en el tranvía. Él porque estudiaba en una universidad y yo me iba a ayudar a mi madre a limpiar una oficina, de ahí me iba a mi escuela caminando, al Divino Maestro. Teníamos que levantarnos muy temprano. Cuando no aparecía ese muchacho, sentía su ausencia, sentía pena. Y entendí que eso era enamorarse.

¿Y cómo conoció el desamor?
Uf… Amé a un hombre por quien todas mis amigas, ya experimentadas, me decían que yo estaba sufriendo y que era tonta, porque ese hombre no valía la pena.

¿Hasta qué extremo llegó?
Quería envenenarme, tirarme de un puente. Pero me salvó un amigo, que me ayudó a salir de eso y a hacerme ver que esa desesperación que yo tenía estaba en no haber disfrutado en la totalidad de mi padre. Ahí estaba mi problema y el porqué de aferrarme desesperadamente a una persona. Y siempre estuve como buscando a un padre.

Siempre pasa eso, ¿no? Y al revés: el hombre que busca una madre. ¿La separación de sus padres fue dolorosa?
Yo creo que sí. La sublimé, la transformé en otra cosa, pero eso quedó adentro y es bien fuerte. Arrancármelo me costó. Por eso respeto mucho al psicoanálisis, porque me salvó la vida. Finalmente, me llegué a casar con Ricardo, con quien encontré el padre, el hijo que no tengo, el guerrero que me defiende. Todo.

En 'Quiéreme' se canta boleros y valses. ¿Qué tienen en común?
El romance. Nuestro disco es una celebración del romance. El bolero ha trascendido el continente, se fue por el mundo. Pero el vals no tuvo esa acogida tan fuerte. Creo que es por su ritmo, que es complicado. Pero hablan de lo mismo, del amor, del desamor, de esas maneras de expresar el sentimiento de la gente. Canto valses como “Rosas y azar”, “Hermelinda”. Hay un bolero que comparto con Argelia, que es “Pensamiento”, y también cantamos un tango.

En el colegio le decían peyorativamente “eres negra”. ¿Hoy cómo se expresa el racismo?
El racismo siempre está. Es una enfermedad.

¿En nuestro país, sobre todo?
Sobre todo. Lo veo en el descuido que hay en provincias, donde la gente vive en una situación mucho más pobre, donde la educación y la salud no funcionan bien. Siento que hay un olvido a propósito, qué casualidad que ahí viven indios y negros.

El racismo es hermano de la xenofobia, que ahora se expresa contra los venezolanos.
Estamos viviendo una crisis. Es necesario emprender una cruzada en el mundo para que las cosas cambien en Venezuela. Mientras tanto, tenemos que recibirlos porque hay niños, gente en muy mal estado.

Cuando le dijeron “eres negra”, gatilló en usted el deseo de salir adelante. ¿Hoy qué la motiva a hacer las cosas?
Yo vivo en Cañete y pienso que ahí debo irradiar algo de nuestra cultura, de nuestra formación. Tengo que ir, conversar a través de la música y dedicarles un tiempo.

¿Qué la saca de quicio?
Acordarme de los audios de la corrupción, la impunidad, que nos engañen. Tengo cólera de ver cómo la gente que hemos elegido para el Congreso no toma en serio los cambios que se tienen que hacer. También me saca de quicio la prepotencia, esa cosa de sentirte superior.

¿Ya hace un balance de su vida?
Sí. Es un balance positivo. La volvería a vivir porque ha sido una vida bien productiva y estoy cosechando lo que sembré.

"El amor se da. No debería pedirse, sino esperar y recibirlo. Y cuando pasa, estar con los brazos, el corazón y la mente abiertos" (Luis Centurión/Perú21).
"El amor se da. No debería pedirse, sino esperar y recibirlo. Y cuando pasa, estar con los brazos, el corazón y la mente abiertos" (Luis Centurión/Perú21).

Autoficha: 
- “Nací en Chorrillos. Creo que tengo 74 años (risas). Me tuve que ir a Cañete, allá está el silencio, la calma. Ahí vivo. No tengo muchos discos grabados: unos 15 álbumes personales. Estudié en La Cantuta para ser maestra de niños, la profesión que quiso darme mi madre para no morirme de hambre en la música”.

- “La universidad te abre la mente. Mis maestros eran poetas, como Alejandro Romualdo, Juan Gonzalo Rose. Para dar conferencias venían Manuel Scorza, Julio Ramón Ribeyro. Aprendí a escuchar de todo, como King Crimson o Queen. Escucho música de Nueva Orleans”.

- “Me entusiasma la música africana. Me gustaría trabajar música argelina, marroquí. Tengo un disco grabado con un coro de Nigeria, que espero que salga en 2019. Otro proyecto pendiente es la escuela de música. En enero grabé un disco con Michael League, del grupo Snarky Puppy; ya debería salir”.