De niña, Stephanie escribía en su diario: “Hoy me levanté y fuimos...”. Así una esté sola, siempre hablan en plural.
Dicen que es diferente llegar al mundo de a dos, que de a uno. Ellas llegaron de a dos. Dicen que son más que hermanas, casi como una categoría —vivencial y emocional— diferente.
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“Realmente estamos juntas en la vida y en el circo, y no te lo digo para romantizarlo”, me dice Stephanie, hermana de Valerie. Son las gemelas Koechlin y son parte de La Tarumba con su acto aéreo en el aro, número que retrata la idea de que son dos y una a la vez. El circo continúa de temporada con el espectáculo Quereres, que celebra 40 años de la entrañable carpa. Va hasta el 25 de agosto, en el Centro Comercial Plaza Lima Sur de Chorrillos.
De niña, Valerie se paraba frente a un espejo y su madre le preguntaba: “¿Quién está ahí?”. Y ella respondía: “Stephanie”. Y reían.
-¿La primera vez que fueron a un circo les gustó?
Valerie (V): No necesariamente. Me acuerdo de un hombre que volaba, que salía de un cañón, un acto impresionante. Pero nosotras ahora estamos vinculadas a algo un poco más artístico.
-¿Ese tipo de circo ya caducó, el de los animales, el del hombre bala?
(V): Creo que lo dirá el público.
-Pero a ustedes no les cautivó eso.
(V): No fuimos mucho al circo de niñas. El circo en realidad nos cautivó más de grandes, y fue con La Tarumba en realidad.
-¿Ustedes vinieron primero a La Tarumba como público?
(V): Sí. Y eso nos cautivó.
Stephanie (S): Sí. Teníamos como 17 años.
-¿Ya pensaban qué hacer con sus vidas?
(V): Ir a la universidad, yo estudié Economía.
(S): Yo estudié Antropología. Terminamos las carreras.
-¿Por qué no te dedicaste a la economía, Valerie?
(V): Más me gustó el circo.
-Pero quizás en la economía hay más dinero.
(V): (Ríe) Probablemente, pero no me da felicidad.
-¿Y la antropología, Stephanie?
(S): Tuve algunos trabajos en la selva que me gustaron un montón, pero al final siempre quería estar más en el circo.
(V): Yo también llegué a trabajar de economista en centros de investigación, incluso en Estados Unidos, en el Banco Mundial.
-Dejaron sus carreras por el circo.
(V): Totalmente. Y lo volvería a hacer.
-En casa se habrán escandalizado.
(V): Fue un poco difícil.
(S): Les costó asumirlo.
-El prejuicio sobre el circo es que es algo tal vez “más hippie”, ¿no?
(S): Sí, un montón de personas creen que en el circo estamos flojeando.
(V): Que tenemos todo el tiempo libre.
(S): Incluso, se dice que el Congreso es un circo y para nosotros es como un insulto. Para trabajar en un circo debes tener un montón de valentía en la vida, confiar un montón en ti, tienes que abrazar la incertidumbre, porque somos personas que no tenemos trabajos estables. La gente que trabaja en circo es superdisciplinada, determinada, enfocada, entrenamos un montón de tiempo.
(V): Le dedicamos muchísimas horas para esos cinco minutos que das en el escenario y para lograr en lo posible la perfección. Meterte en una vida así es porque realmente te apasiona. Es fuerte el entrenamiento físico y es estar bien mentalmente para poder sobrellevar la pista, estar en al aire, confiar en ti. Para hacerlo tranquilo, tienes que estar confiado de tus capacidades, y para llegar a eso se entrena un montón.
(S): El circo es un estilo de vida.
-Y La Tarumba le ha dado un lugar distinto al circo en el Perú. No es lo mismo decir “yo hago circo”, que decir “yo hago circo en La Tarumba”. ¿Están de acuerdo?
(V): Sí. Yo creo que La Tarumba es un lugar muy especial, es un circo donde se respeta mucho, hay una intimidad familiar.
-Hay una inteligencia particular.
(S): Tiene un estilo artístico bien marcado. Es un sitio bien lindo, pero hemos trabajado en otros circos en Perú y, en verdad, yo diría que la gente que hace circo es bien especial, es bien solidaria, es hermana.
(V): Todos en realidad estamos bajo la misma meta: hacer tu acto bien.
-Y ustedes han elegido un acto peligroso: ‘volar’. ¿Por qué?
(S): Porque nos cautiva. Sí, da miedo.
(V): Cada función es diferente, pero siempre se está con la misma capacidad de alerta.
(S): El acto que hacemos requiere de fuerza, pero también de flexibilidad.
¿A qué le tienen miedo?
(S): Creo que la vida del artista nos ha enseñado a ver la vida como llega, aceptar los retos, aceptar las pérdidas y ganancias.
(V): Aprendes a vivir amistándote con esos miedos: miedo a que no te contraten, miedo a caerte.
(S): Y detrás hay un grupo que nos sostiene.
Autofichas:
-“Soy María Stephanie Koechlin Álvarez, nací en Lima. Acabé el colegio y entré a la danza, junto con Antropología en la Católica. La primera vez que actué en La Tarumba fue increíble, me cambió la vida. En danza también hicimos espectáculos que nos cambiaron la vida”.
-“También me gusta correr olas. Tengo una hija, me gusta pasar tiempo con ella. (A propósito del espectáculo Quereres), nuestros afectos están en nosotras, en los amigos, en nuestras familias, en la familia del circo. Y ser gemela es diferente que ser una hermana”.
-“Soy Valerie Marie Koechlin Álvarez. Nací en Lima. Acabé el colegio, empecé a hacer danza y también comencé a estudiar Economía en la Universidad del Pacífico, y después vino el circo. Cada vez disfruto más el circo, los últimos años me han parecido los más retadores”.
-“El año pasado, en la Navidad, nos fuimos a trabajar a un circo en Portugal, el más grande de ese país, es el circo Víctor Hugo Cardinali. Siento que después de la pandemia como que volvimos con otra fuerza y como que cada vez se pone mejor todo lo que hacemos”.
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