Recuerdo haber probado la sazón de Sonia cuando era niña. Visité su restaurante en Chorrillos y me llamó la atención porque se asemejaba a un bote. Redes con flotadores en las paredes y troncos gruesos en el techo. Ella y su esposo pasaban por las mesas preguntando ‘qué tal la comida’ y lo hacían sentir a uno como en casa. Una imponente chita frita llegó a nuestra mesa y entonces probé uno de los mejores platos de mi vida. Hasta ese momento, no sabía que se podía comer un pescado tan fresco en Lima.
Han pasado 11 años desde entonces y la carismática y apasionada cocinera Sonia Bahamonde partió ayer, a los 72 años de edad, dejando un gran legado en la cocina peruana.
UNA VIDA EN EL PUERTO
Desde pequeña tuvo una gran conexión con el puerto de Chorrillos, ya que sus tíos eran pescadores y su madre, doña Isabel, solía vender comida ahí y siempre la acompañaba. Incluso fue el sitio donde conoció a su esposo, el pescador Fredy Guardia, quien abastecía la cocina de su madre.
El restaurante Sonia abrió en los años 80. Con el paso del tiempo fue ganando fieles comensales gracias a las porciones generosas, la buena sazón, lo fresco de los productos y, sobre todo, a la amabilidad de quienes atendían ahí. Uno veía a Sonia saludando a todo aquel que entrara, mientras que Fredy tejía sus redes y encantaba a los asistentes con sus versos.
Es justo darle las gracias a Sonia porque su arte culinario encantó a más de una generación, pero también porque hizo que la experiencia de probar sus platos sea realmente acogedora y amable.
Datos:
- En 2003, Sonia ganó el Concurso Nacional del Cebiche Peruano.
- Al enterarse de su fallecimiento, Gastón Acurio comentó que la cocinera supo “agasajar con su sonrisa y talento a todo aquel que visitó su restaurante”.
- Distintos personajes visitaron su local, como el ex presidente Fernando Belaunde y el cantante Diego Torres.