Suenan quenillas, tambores, silbatos, vasijas silbadoras, sonajas. Antaras originales que datan de 200 a.C. - 650 d.C. Instrumentos musicales u objetos rituales que fueron utilizados en la época prehispánica. En Nasca.
Es el trabajo de los músicos Ronald Sánchez y Fred Clarke, en quienes el MALI-Museo de Arte de Lima depositó la tarea de la ambientación sonora de la monumental exposición Nasca, que narra la historia de los antiguos peruanos que poblaron la cuenca del Río Grande de Nasca hace dos mil años.
La recreación sonora de Sánchez y Clarke se puede escuchar en la muestra, pero también en el disco 'Sonidos de Nasca'. En varias horas de grabación registraron sonidos desde instrumentos originales y réplicas, los que arroparon con tecnología de este siglo en torno al concepto museográfico.
FUERZA NATURAL
Este trabajo de recuperación sonora, de arqueología musical de Sánchez y Clarke empezó en 2015. Antes ya han producido la música para Puruchuco y luego para la etnia Sapara. En el camino han concluido que la música también es objeto, utilitaria. En el caso de Nasca, sirve como enganche tridimensional, museográfico, histórico, arqueológico, social.
“La música no sirve solo para estar en el spotlight, sino también para estar detrás, que es otro tipo de fuerza musical”, explica Ronald y precisa que no buscan dominar el instrumento, sino dominar la sensibilidad que produce. “Es acompañar un momento, una sensación, un sentido, una ofrenda, el espacio y tiempo”, puntualiza Fred.
La muestra del MALI se va a Suiza en noviembre, donde estará hasta abril de 2018. Y de ahí se muda a Alemania. Con ella, también viaja el trabajo de Sánchez y Clarke. Nasca no solo es una exposición, es una puesta en escena, entre otros factores, gracias a la exquisita recreación de los sonidos prehispánicos.
DATO
- Nasca, del MALI-Museo de Arte de Lima (Paseo Colón 125, Parque de la Exposición), va hasta el 1 de octubre. Este miércoles, conversatorio con Cecilia Pardo, la curadora. 7 p.m.