Sandra, natural de Chile, es la gerente de Emporio Mapocho, un catering que se dedica a preparar comida chilena en el Perú. (Chinn De La Cruz)
Sandra, natural de Chile, es la gerente de Emporio Mapocho, un catering que se dedica a preparar comida chilena en el Perú. (Chinn De La Cruz)

Redacción PERÚ21

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¿Qué es lo que motiva a una extranjera a quedarse en el Perú? Puede ser el amor, el negocio, los amigos, la comida, la familia y un sinnúmero de razones más. Pero, en verdad, ¿qué es lo que la motiva a hacer una nueva vida, lejos de su tierra, su familia, su gente, su comida y su historia?

Llegó al Perú por amor a la cocina. Sandra Silva Arellano conoció a Martín, un peruano que fue a – a finales de los 90 – a estudiar Administración de Hoteles y Cocina. Para ese entonces, la gastronomía peruana aún no gozaba el boom del que tanto se habla ahora, los jóvenes no buscaban ser chefs, el pisco seguía siendo un destilado propio de cada país y todo marchaba tranquilamente.

En el 2002, una vez que terminó la carrera, Sandra vino a Perú para hacer de lo aprendido su sustento de vida. Inició un negocio de catering, enfocado en atender eventos de empresas. Sin embargo, hacer una nueva vida, lejos de su tierra, su familia, su gente, su comida, su historia eran cuestiones que le preocupaban. E inquieta por esas circunstancias, ella decidió crear .

Su idea original era poder crear vínculos y atender las necesidades que tenían sus compatriotas en el Perú. Todo esto a través de la gastronomía chilena. Y es así como empezó a preparar empanadas de pino, mariscos, queso camarón, pastel de choclo, entre otras delicias del país del sur que le han dado verdaderas motivaciones para quedarse en el Perú.

Sabroso, guapo, atractivo, multicultural y cosmopolita. Así ve al Perú esta mujer de 40 años, quien, además, asegura que el pisco peruano es más rico que el chileno, que le gustan mucho las playas de Lima, que no olvida su mágica y alucinante experiencia en Ayacucho, y que le encanta comer pan con chicharrón – sin camote – y sarsa criolla.

"Me encantan las playas de Perú más que las de Chile porque son más calentitas. Es otro tipo de veraneo. Mientras en Chile las playas son más fresquitas, acá son más chiquititas pero tienen su onda, pues puedes tomar una cerveza en la playa tranquilamente sin que nadie te moleste. Con un rico ceviche, el ambiente es más relajado", comenta.

Sandra no solo ha vivido en Lima. Por dos años estuvo por Ica, lugar donde – dice – se convirtió en una experta en preparar carapulcra. Allá también trabajó en su especialidad, deleitando paladares peruanos con manjares chilenos.

"En mi promoción habían más peruanos que chilenos, como 45 peruanos", recuerda. Luego de vivir 13 años en el Perú, algo que la deprime un poco a Sandra es el invierno. Extraña el sol chileno. Pero solo eso, porque de la comida de su terruño se hace cargo ella. Además, cuenta que viaja constantemente a Chile a visitar a su familia y también por temas de trabajo.

Agustín y Valentín son sus dos hijos, ambos peruanos. Cuenta que un amigo de colegio de uno de sus hijos le ha dicho a este: "tú eres el único chileno que me cae bien". Esto, porque sabe que tiene un padre peruano y una madre chilena. Pero eso no la intimida.

Ella ha aprendido a querer al Perú y a su gente. Sabe que acá hay gente muy amable que "no entra en eso". "He trabajado con un montón de peruanos, sobre todo el tema de la cocina, y la verdad es que todos ellos son gente superlinda, te hacen un comentario buena onda. O sea, tú te das cuenta del feeling de la persona", cuenta emocionada.

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Sandra siempre celebra al Perú a lo grande. ¿Cómo celebras 28 de julio?, le pregunto. "Nos vamos a la playa, nos vamos de viaje", dice. ¿Con un pisco sour?, digo. "Claro, obvio, siempre celebro Fiestas Patrias con un pisco sour". "Sí, con un pisco sour de todas maneras", se reafirma a sí misma.

Dice que lo que más le gusta de Perú es la comida, que le fascina el chicharrón y la carapulcra, que le gusta comer lomo saltado con fetuccini a la huancaína, y el ceviche.

Estas Fiestas Patrias Sandra no la pasará en Lima. Ella bailará cueca – la 'hermana' de la marinera en Chile – en unos bungalows que ha construido una de sus amigas chilenas en la playa Los Órganos, en Piura, a donde también asistirán gran parte de sus compatriotas que pertenecen al club de esa danza en el Perú. Así le rinde homenaje a esta hospitalaria patria.

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¿Y el pisco es peruano o chileno?. Tengo que hacerte la pregunta de rigor, de todas maneras, le digo. "Yo pienso que son dos productos totalmente distintos. Si yo pienso que el pisco es realmente peruano, es peruano. Si el pisco es realmente el producto que tomas en Chile, es chileno", responde, mientras ambos reímos entre un par de empanadas de pino.

Pese a su respuesta, Sandra me confesó que el pisco peruano es más rico que el chileno. Y tiene sus motivos. Y, en realidad, es una cuestión que va más allá del lugar de producción. Tiene que ver con gustos y eso justifica todo.

En Chile se toma pisco más frecuentemente que en Perú. Ese destilado del cual hoy cada país quiere ser propietario solo le ha servido a Sandra para celebrar fechas especiales, tanto suyas como nuestras.

Emporio Mapocho, su negocio, no es sino un rincón chileno en el Perú, destinado a ser uno de los tantos motivos para que su propietaria se quede por más tiempo acá, deleitando a su gente y acercándonos a la gastronomía que ella nos puede ofrecer.

Como chilena, está agradecida de estar en nuestro país, se alegra por lo maravilloso de nuestro clima, por la calidad de nuestros productos y por lo mucho que le queda por crecer a nuestra gastronomía. Sandra está feliz en el Perú.

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